Las lagrimas de Dani Parejo al final del partido que proclamaba campeón de la Copa del Rey 2019 a su equipo, el Valencia CF, tenían algo más de fondo que la alegría por haber ganado por fin, tras muchos años en la entidad, un título con el club de Mestalla.
Eran las lagrimas de un hombre que tuvo que pelear contra todos por que no se engañen, hoy el 10 del Valencia es Dios para los aficionados valencianistas pero no hace tanto, recibía un trato totalmente diferente. “Muchos me dicen cuando voy por la calle que corra más, que soy un perro” comentaba Dani Parejo a una entrevista a distintos medios en septiembre de 2016.
La polémica del vídeo en la discoteca también le pasó factura a Dani Parejo
Tampoco fueron pocos los que no le pusieron fino cuando se filtró un vídeo suyo en una discoteca con una copa y una cachimba en diciembre de 2016. “Me he sentido muy solo y alguna vez he llegado a llorar”, reconoció también en alguna entrevista. Y es que si por algo se conoce a los aficionados valencianistas, es por la facilidad con la que pasan del amor al odio y viceversa. Algo que con Dani Parejo se ha llevado al máximo extremo.
El madrileño, que dio otra lección de fútbol en la final de Copa hasta su lesión, siempre ha jugado igual pero cuando las cosas no han ido rodadas (varias veces en las últimas temporadas donde el Valencia ha sido irregular), el foco se ha puesto siempre sobre él con demasiadas faltas de respeto.
Pero el futbolista, siempre ha sido titular con todos los entrenadores que han pasado por el club en su etapa, y no han sido pocos, once entrenadores desde su llegada en el año 2011. Y ninguno, dudó nunca en darle los galones del equipo. Por algo sería.
Hoy en día, ya son pocos los que dudan de Dani Parejo, e incluso muchos de esos que hace no mucho le decían de todo, hablan de que es un capitán de leyenda para la entidad. Él nunca dejó de trabajar y lo dio todo, incluso fue el único que en enero, cuando la temporada del Valencia era terrible y muchos, pedían incluso la cabeza de Marcelino, fue el que dijo que la temporada no estaba ni mucho menos perdida.
Cinco meses después, con 38 puntos en la segunda vuelta, el cuarto puesto, una semifinal europea y un título en el año del centenario de la entidad, todos se quieren subir al carro. Pero él siempre estuvo ahí, como los últimos 8 años. El futbolista que calló la boca a todo el mundo, a todo. Esperemos que la gente recuerde esto si las cosas no vuelven a ir bien en algún momento.