A los quince años y con una dote de 2000 libras, la heroína de esta novela se casa con el hijo inútil de un fabricante de cerveza de la City londinense. Su resumen de la experiencia es: «Nada de idiotas señoritas. Elegid cualquier cosa antes que casaros con un idiota». Abandonada por él, se encuentra «con cinco niños y ni un penique para alimentarlos». En tales circunstancias, las imprevistas atenciones de su casero conducen a una situación cada vez menos equívoca. Luego vendrán un príncipe alemán, un mercader holandés, el mismísimo rey de Inglaterra… y una carrera brillante llena de secretos, amenazas, huidas, crímenes y dinero.
Roxana, o la cortesana afortunada (1724), inédita en español hasta hoy, narra con insólito brío y precoz claridad la historia de una mujer que no quiere ser esclava de los hombres y que instituye, fuera del matrimonio, su propio negocio: «Me atrevo a decir que ninguna otra mujer tuvo nunca una vida como la mía: veintiséis años de depravación sin el menor remordimiento, y sin la menor intención de ponerle fin». Roxana no es una víctima, sino alguien que ha sabido sacar partido de sus circunstancias y, cuando habla de su maldad, consigue trasmitir la sensación de que lo hace satisfecha en el fondo de la vida que ha llevado.
De alguna manera, la actitud de Roxana es un canto a la independencia de la mujer y una invitación a conseguirla al precio que sea. En una época en que la conducta femenina debía seguir estrictos patrones sociales y morales, la afortunada cortesana propone saltarse a la torera los prejuicios y tomar las riendas de la propia vida. Roxana se rebela contra la sumisión que la esposa debe al marido, quien será desde el matrimonio el encargado de manejar sus intereses. Desde la experiencia que le brinda el que su primer esposo desapareciera tras dilapidar la fortuna familiar, señala la injusticia de que se le quite a la esposa toda posibilidad de gestionar sus asuntos, de modo que se vea obligada a hundirse con su marido si este no administra bien los suyos.
La filosofía de Roxana se resume en una sentencia lapidaria: «una esposa es una especie de criada de rango superior, mientras que una amante es soberana.» Porque la novela de Defoe nos presenta a una mujer que aprendió a ser soberana, no tanto de los amantes que se rindieron a sus encantos, sino de sí misma. Roxana no escapa por completo a los prejuicios de su época, pero parece asumir sus yerros como algo deseable si a cambio se obtiene la libertad.
Como todas las novelas de Defoe, ésta es precursora de técnicas y puntos de vista modernos, pero también lo es del más elocuente pensamiento feminista.
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