Se la debía desde hace mucho tiempo. Daniela es una simpática niña que viene a la consulta y la foto está tomada justo antes de ser vacunada. Como verán no está preocupada esperando que "le clave la aguja"; no tiene miedo porque sabe que soy "mágico" poniendo vacunas. Tengo técnicas depuradísimas que les evitan el dolor cuando ya son mayores, me conocen y confían en mí.
Daniela es de esas niñas que se lo pasa muy bien cuando viene y no tiene miedo. Un "renacuajo" que al decirle que le tocaba vacuna, sentenció: "si se ha de pinchar, pues se pincha y se acabó". Olé, torero.