Revista En Femenino
Me había propuesto escribir algo simpático, en clave de humor… pero últimamente estoy muy ceniza y no me sale nada divertido. Será el clima electoral que me pone de los nervios con su falsedad descarada, la inminencia de una guerra necia o la cercanía de un terrorismo cruel y absurdo… haber cumplido 40 años hace unos días tampoco ayuda mucho. O sí, con la edad me he dado cuenta de que pase lo que pase en el mundo, siempre pringan los mismos.
No voy a escribir sobre las causas del yihadismo asesino ni sobre cómo actuar contra él para neutralizarlo, porque no me considero suficientemente capacitada. Hay que saber mucho y yo he leído menos de lo que me gustaría. En cualquier caso, como todo hijo de vecino y como ‘cuñada’ que soy de al menos 4 personas, tengo mi opinión al respecto, que es de oposición a la guerra.
En primer lugar, porque me importan, y mucho, los daños colaterales. Que mueran inocentes me jode, que mueran además como consecuencia de una iniciativa que yo soporto con mis impuestos me jode aún más (si cabe). Esto no tiene nada que ver con el “buenismo” (un término repulsivo acuñado por quien equipara la bondad con la estulticia), sino con un mínimo de decencia ética.
Y en segundo lugar, porque no creo que mandar soldados a disparar fusiles y bombardear civiles sea una estrategia eficaz. Es más, creo que es contraproducente. Un ataque en los países de conflicto desde occidente siempre acercará a los que lo sufren a posiciones extremistas, al abrigo de los radicales. Puede ser la excusa que están esperando los violentos para eregirse en mártires de guerra y además no neutraliza sus actividades terroristas, porque pueden no estar en zona de conflicto,sino infiltrados entre nosotros. ¿Cómo se lucha contra gente que está dispuesta a suicidarse?
Ahora que el cinismo se ha impuesto, queda mal hablar de paz, como si una fuera ñoña por mostrarse en contra de la guerra. No se trata de ser una hippy pacifista al más puro estilo de 'Imagine' de Lennon, que también, yo soy anti belicista porque por más que echo la vista atrás buscando un balance positivo de los conflictos armados no lo encuentro. Las guerras siempre se pierden.