Ya cuando estuve con Javier Ojeda hace un par de semanas
atrás en el backstage del concierto del sábado de las fiestas populares de
Torrejón de Ardoz del que tomó parte, le mencioné las intenciones que tenía de
volver al universo de Danza Invisible. Y es que a pesar de que en nuestra 2ª
temporada compartimos aquel impagable programa de radio en el que revisamos
“Música De Contrabando”, la verdad es que del artículo escrito de aquel disco y
de la crónica del concierto de Alcalá de Henares ha pasado ya demasiado tiempo
(casi 4 años).
Y si el primer disco que analizamos fue el citado “Música DeContrabando”, sigo abundando en los Danza Invisible pre-“Sabor de amor” para
dar un saltito atrás y analizar uno de esos denominados mini-lps que incluye 7
canciones y varios clásicos de la historia del grupo. Es muy importante
“Maratón” de 1985 dentro de la historia de Danza Invisible, ya que el grupo
venía algo rebotado de sus anteriores experiencias discográficas (por lo visto
no les gustó mucho el trabajo de producción de Julián Ruiz). Con Peter McNamee
se quitaron los males y sellaron un interesante trabajo que concretarían en el
posterior “Música De Contrabando”.
Que en el repertorio de Danza Invisible en directo se
incluyan 3 canciones fijas de este disco que hoy nos ocupa, e incluso a veces
4, da fe clara y fidedigna de lo bien que funcionan esas canciones y de su
potencial. Resulta igualmente muy adecuado para estas fechas de calores y mucho
sol, ya que invita al optimismo e imprime energía para sacar provecho a esta
época del año. Comprobémoslo.
La gran joya oculta “El pintor y la modelo” y que es la 4ª
canción mencionada en discordia que de cuando en cuando últimamente recupera el
grupo en directo (o al menos hace un par de veranos así hicieron) se encarga de
abrir fuego. Quizás choca algo la cierta arritmia del estribillo, pero lo
sinuoso que suena la melodía vocal de la letra en la boca de Javier Ojeda con
frases como “Vuélvete hacia mi, tu imagen
emerge del blanco del lienzo” son sencillamente fenomenales. Las guitarras
de Antonio Luís Gil y Manolo Rubio también sellan un papel impagable, con
alternancia de momentos aguerridos en el estribillo y otras líneas más
melódicas en las estrofas intermedias. Muy buena y reitero que estimo que es la
gran joya oculta del disco, que de forma acertada el grupo en los últimos
tiempos ha reivindicado con inteligencia (creo que incluso como apertura de los
conciertos). No escatima el disco de inicio, ya que en 2º lugar se dispone la
avalancha de ritmos y el atropello de adrenalina musical que es “El club del
alcohol”. Clásico irremediable del repertorio de los malagueños, que el gran
público (es decir, aquellos que conocen “Sabor de amor” y poco más) desconoce,
pero que a buen seguro hacen suya si van un pelín más allá dentro de la
historia y el universo de Danza Invisible. Oda a la alegría, con unos riffs de
guitarras desbordantes, un Javier Ojeda completamente desaforado (en directo ya
ni les cuento, por las 4 veces que les he visto en concierto) y un trabajo
básico por parte de Chris Navas y su bajo para concederle el vértigo necesario a
este chute de energía musical que Danza Invisible nos regala en este “Maratón”
y que suele ser parte de los últimos minutos de los conciertos que sigue dando
el grupo. En la letra y melodía, hay cambios de ritmo muy buenos, o al menos
que personalmente me encantan como son esas partes que dicen “las lágrimas se ahogan en alcohol (las risas
flotarán), el hielo funde cualquier inquietud, que el vaho hace sentir”. Recuerdo
que yo la descubrí primero en directo, en el disco “Al Compás De La Banda” de mediados de los
90, cuando me lo compré hará cosa de 10 años o así. Desde entonces forma parte
de mi podium personal de temas favoritos de Danza Invisible junto a “Sin
aliento” y “Agua sin sueño”. Pero el arreón inicial de “Maratón” no termina
aquí. Se prosigue con la corrosiva y algo agria, “El ángel caído”. Estamos ante
una composición que se aleja de la alegría que destilan las 2 primeras
composiciones, pero no por ese cambio de cariz nos encontramos ante algo que
nos corte el rollo, ya que es una composición de gran fuerza, con una letra
llena de miedos y fantasmas realmente buena y elaborada y una estructura que
por ahí he leído que pudo influir mucho en el estilo de los primerizos Héroes
Del Silencio (ahí es nada). Normalmente suele forma parte de los conciertos del
grupo y ese “¡Jamás!” del final del
estribillo, impresiona muchísimo escuchárselo a Javier Ojeda. Con “El ángel
caído” se completa un trío de apertura de disco insuperable y antes de pasar a
comentar la siguiente canción, les comentaré que ésta es otra de las canciones
preferidas de los seguidores de largo de Danza Invisible. “¡Deprisa!” supone el
mismo efecto que cuando un elefante entra en una cacharrería. Aunque “Maratón”
es un disco efectivamente muy a la carrera, acelerado (más propio de una prueba
de los 100 metros
lisos que de una maratón), la 4º composición puede ser el momento más
contundente de la obra, en clara lucha frente a “El club del alcohol”. Este
disco que hoy tratamos es un ejemplo de álbum que no tiene ni un solo momento
de descanso (quizás sí, pero levemente “A veces el campo”).
Tras una intro algo calmada, resulta muy acelerada “Por la
fuerza”, y destaca por unas notas muy marcadas y saltarinas del bajo de Navas.
En la letra Javier Ojeda de ríe de quien protagoniza la letra, que por lo visto
puede comprar a medio Madrid o incluso a la humanidad. En definitiva es otro
ejemplo del buen hacer instrumental de la formación a la hora de volver a
confeccionar una estructura de melodías de cuerdas fabulosas. “A veces el
campo” se mueve por líneas parecidas al sonido de “El ángel caído”, aunque con
una letra que no tiene nada que ver. Es muy interesante la sincronía de la
maquinaria sonora de “Danza Invisible” a la hora de seguir conformando ese
sonido tan característico de esos días, en el que podemos encontrar cierto
paralelismo entre los Danza y los Soda Stereo argentinos, grupo que un
compañero de trabajo me recomendó y que al menos en su disco “Nada Personal”,
se asemeja mucho al sonido de los de Málaga. Se termina con “En guerra”, otro
tema que no suelen olvidar los chicos en sus repertorios de conciertos y del
que ya les hablamos en “Música De Contrabando”, ya que es un tema compartido
entre ambos trabajos.
Este “Maratón” de 1985 permitió a Danza Invisible
principalmente sentar las bases de su futuro y comenzar el camino hacia el
éxito. Tras este mini-lp, aunque yo lo considero disco principal a todos los
efectos (ya he hablado varias veces de este aspecto), el siguiente paso fue el
igualmente bueno “Música De Contrabando”, ya como lp principal sin posibilidad
de discusión alguna y el ascenso a la cima con “A Tu Alcance” y “Catalina”.
Este trabajo tiene su relevancia dentro de la historia del
grupo en tanto a que guarda en su interior una serie de piezas clásicas y de
las más valoradas por los auténticos seguidores de Danza Invisible y también
porque es paradigma del sonido de la primera etapa discográfica de esta
formación. Supone un ejemplo de disco muy rítmico, acelerado y rebosante de
energía. Su portada a franjas, con una imagen que podría ser vista a través de
uno de esas cortinas de metacrilato a bandas, aunque muy simple, me gusta.
Me da la impresión de que quizás he repetido muchos adjetivos
a la hora de comentar el disco, relacionados con el ritmo, aceleración,
velocidad, etc. Pero es que es así. “Maratón” les imprimirá las fuerzas
necesarias como para incluso levemente levantarse de sus asientos mientras que
lo están escuchando, para tímidamente moverse o incluso enloquecer parcialmente
una vez que te has dejado seducir por la fuerza y potencia de sus temas. Si
Danza Invisible tocan cerca de sus casas, no dejen de ir a verles y estén bien
atentos a los momentos del set list que se encarguen de recuperar este muy
acertado trabajo que estos chavalotes de Málaga editaron a mediados de los años
80 y que sería premonitorio del éxito que alcanzarían unos años más tarde los Danza Invisible, que en los tiempos de este disco estaban en liza con su formación clásica, aquella integrada por Javier Ojeda como vocalista, Chris Navas al bajo, Antonio Luís Gil a la guitarra, Manolo Rubio a teclados y guitarras y Ricardo Texidó en la batería.
En nuestro programa de radio tendremos el lujazo de contar
con unos invitados muy especiales, y además contemporáneos de los Danza
Invisible (seguro que más de una vez se verían por el Rockola). Se lo
desvelaremos mañana. De momento, esta tarde a las 16.00h en RUAH podrán
escuchar la repetición del Especial The Cure sobre “Pornography”. En &radio
ya no emitimos los fines de semana hasta después del verano, pero sí seguiremos
los miércoles a las 23.59h hasta que a priori el 18 de julio terminemos con la
temporada.