Amanece un lunes en Mérida, Venezuela. Veronica Komander Santos se despierta con la luz que entra por la ventana. Desde allí se divisan las ramas del árbol donde ayer amarró las telas de las que colgó para realizar una maravillosa coreografía aérea. Ajusta la tela a las alturas y comienza la danza de movimientos suaves y vigorosos que retan la gravedad y alcanzan la gracia que se creía reservada a los pájaros y las mariposas. Revisa su celular y ve con alegría los pedidos de la ropa deportiva que diseña. Se baña, desayuna alguna fruta de esas dulces que da la tierra merideña el año continuo y se sube en su motocicleta para dirigirse a la Universidad de los Andes donde estudia Arte y Danza, no sin antes recoger a su compañera Chia Lila Siugza que comparte su pasión por el arte corporal, la creatividad y la danza . Ya en los predios Universitarios se consigue con su grupo de danza:
Ananda Waithe
Ariana Zambrano
Jorge Rojas
Fanny Quevedo
Jeslid Ramírez
Dubrashka Velazco
Diana de Ascençao
Margaret Barrios
todos jóvenes comprometidos con su cuerpo en un entrenamiento continuo y una alimentación adecuada para brindar lo mejor en los movimientos rítmicos y mesurados que producirán en nosotros los espectadores admiración y suspiros haciéndonos sentir un baile engrandecedor en nuestro propio espíritu.
Los profesores Marylin Belgrave y Oswaldo García, guían los movimientos, señalan el camino de la expresión, acomodan brazos y piernas y colocan la música sublime que guía la danza.
Día tras día estos jóvenes demuestran que sí hay esperanza y futuro para un mundo que se expresa, que comparte, que desafía y que crea con música y movimiento. Un mundo que trasciende.