Soy poco amante de usar el #FF en Twitter, por aquello de la corrupción de los conceptos. Soy -y lo sé- molesto y sarcástico en el uso de palabras gastadas.

Srawberry Fields pathwalk | de ArtJoy4Ever | Flickr: http://bit.ly/Tu4YSa
Las palabras vacías (pueblo, marketing, gustar, amigos) son el germen del pensamiento inflexible de una tribu, lo que Irving Janis denominó mentalidad de grupo y sobre la que publicó su Victims of Groupthink en 1972. La endogamia termina siendo ese comportamiento de aplaudir lo nuestro y criticar lo ajeno, de victimizar nuestros males (como cuando se nos perdona Hablar inglés, aunque sea mal) en lugar de buscar la superación de nuestras debilidades, muchas en el centro de nuestra forma de ser y pensar (si te has leido el post de El País y piensas que tienes un nivel de inglés a corregir, hay vídeos de mejoramiento de la pronunciación para dar y recomendar).
Tal vez por aquello del fenómeno de la invulnerabilidad, de creer que a un grupo potente y cohesionado se le abren perspectivas para un futuro sin límites, se termina generando el mito y la moralidad de la tribu con el consiguiente desprecio para quien abandona primero el grupo y la desazón y la desesperanza para quien se queda hasta el final,cuando la ilusión se agota. Por eso, entre otras cosas, soy poco practicante de ponderar y apoyar sólo a los míos. Me sienta una hurticaria de endogamia.
Es la misma endogamia que lleva a mal usar el lenguaje de forma negativa. Si queremos que un crío nos entienda, podemos darle un ejemplo de lo que queremos que copie. Sin embargo, se suele hacer lo contrario: “¡No se te ocurra bajar la escalera!” genera en aquél una música que le machaca el cerebro como un tambor al ritmo de “pum, pum, baja la escalera, pum, pum, baja la escalera, pum, pum …”. Porque es algo que nos han dicho cuando peques y que repetimos, nos han enseñado que lo nuestro es bueno y lo del resto, caca, feo, malo. El ”no” es una pésima señal de comunicación para los pequeños y cuando crecemos, las pautas de comportamiento se acentúan. El aplaudir a nuestra tribu es exactamente eso.
Sin embargo, agradecer es algo distinto. Se trata de declararse frágil y vulnerable hasta que alguien rompió el cerco de nuestra falta y declararlo. Decir que hemos superado esa barrera de falencia en base a quien nos ayuda. Tiene que ver con el movimiento mas que con la propiedad. Agradecemos que nos muestren el camino correcto y eso se hace a quien muchas veces desconocemos, a quien no necesariamente forma parte de nuestra comunidad. Mucho mas que ver con los lazos débiles que con los fuertes.
Por eso quería despedir el 2012 en este blog dando las gracias a quienes me han acompañado en el camino. A quienes me permiten llegar con reflexiones corporativas pero cada vez mas personales. A quienes formando, me enseñan a pensar distinto y a confrontarme. A quienes me han tomado como mentor y a quienes me siento cada vez mas ligado, haciendo que esos lazos débiles se vuelvan sólidos. A aquellos a los que nunca he hecho un Follow Friday y a pesar de ello, les agradezco de otras formas el compartir su conocimiento.
Serán las fechas. Pero me tocaba agradecer que quienes me acompañan por el sendero -a veces en una larga caminata, a veces solo en un cruce de opiniones- sigan poniendo antes el dar que esperar algo a cambio.
Ahora sí. Por un Feliz 2013
Tags: cultura, endogamia, gracias

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