Revista Educación

Dar y recibir

Por Jonasdavid
Cuando examinamos lo que acontece entre un padre y su hijo, inmediatamente vemos que hay un desequilibrio: el niño depende del adulto, la madre o el padre dan más, y el niño toma o recibe más. Cuando observamos la relación de una pareja, vemos un equilibrio, una reciprocidad entre el dar y el tomar en la que ambos miembros de la pareja juegan el papel de dador y tomador en cantidades casi iguales.
En esencia, un hombre recibe de la mujer lo que a él le falta y da a la mujer lo que a ella le falta; una mujer recibe del hombre lo que le falta a ella y da al hombre lo que a él le falta - los dos han de estar preparados para intercambiar de una manera equilibrada. Tienen que estar preparados para mostrar que necesitan algo de la otra persona.
Este intercambio entre el dar y el recibir tiene lugar a todos los niveles - material, sexual, emocional, espiritual - y es la fuerza que sostiene y mantiene la relación, haciendo más profundo el compromiso entre ambos miembros de la pareja. Cuanto más se dan y reciben el uno del otro, más fuerte es el vínculo entre ellos.
En la relación padre-hijo, el vínculo ya viene dado; un niño está biológicamente vinculado a sus padres, le guste o no. En la relación hombre-mujer, hay una elección para estar juntos, pero en cuanto se crea un vínculo a través de su intercambio, separarse se hace difícil. Esta es una de las razones por las que a la gente le da miedo dar o recibir mucho, porque temen perder la libertad de hacer lo que les plazca.
En la relación padre-hijo, las frases que utilizamos para expresar las dinámicas intrínsecas son " Tú eres grande y yo pequeño, tu das y yo recibo". En una relación hombre-mujer es más apropiado que se digan el uno al otro "yo tengo algo que necesitas y estoy dispuesto a dártelo; también, tú tienes algo que necesito y estoy dispuesto a recibirlo de ti".
Donde comienzan los problemas
Los miembros de la pareja traen a la relación cualquier carga que acarreen de su familia de origen, así que está claro que la relación padre-hijo tendrá un fuerte impacto en la relación hombre-mujer. Si una persona quiere "dar" a sus padres, una situación que, como hemos visto es un enredo que va en contra de la jerarquía natural y del orden de un sistema familiar, entonces, puede que quiera compensar recibiendo de su pareja, como si su pareja fuera su padre o madre. De esta forma, todo está al revés.
Lo que sería necesario que pasara para remediar la situación y restaurar el equilibrio es que tendría que "encoger" y hacerse "más pequeño" en relación a sus padres -convirtiéndose en un niño en vez de hacer un papel de padre- y en relación a su pareja, necesitaría crecer y hacerse "más grande", aprendiendo a asumir responsabilidades y dando más.
Cuando un miembro de la pareja le pide inconscientemente al otro que sea su padre-madre, o adopta un rol parental, el equilibrio entre dos iguales se rompe, trastocando el equilibrio de la relación. Lo que se requiere de un hombre y una mujer que forman una relación de pareja es que pidan algo del otro, y a la vez sean conscientes de lo que le deben al otro. El reto es tomar una posición en la relación en la que los dos miembros de la pareja dan justo lo que el otro está dispuesto o es capaz de dar a cambio, o reciben justo lo que el otro está dispuesto a recibir a cambio. Svagito Liebermeisterhttp://www.family-constellation.net/index.cfm?fuseaction=intro.12579&lan=es

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