Actuaciones decentes. Buen ritmo. Diálogos creíbles. Un malo que merece más (mucho más) de un segundo de atención. Nadie diría que estamos hablando de una serie de superhéroes. De hecho, nadie diría que estamos hablando de 'Daredevil' (sobre todo si tenemos el recuerdo de la horripilante adaptación al cine que protagonizó Ben "Ahora voy a cargarme a Batman" Afleck). Esto no es una serie del canal CW. Esto es otra cosa. Después de una primera temporada más que interesante, la Netflix la ha renovado para una segunda.
Daredevil
2015-
Daredevil es, potencialmente, uno de los superhéroes más aburridos del Universo. Quizá quienes hayan leído los cómics tengan mil razones para tirar por tierra mi afirmación basada, por otra parte, simplemente en la descripción del personaje, así, en frío, tras ver la serie: Matt Murdock es un abogado ciego que por las noches se va a zurrarle a los criminales de Hell's Kitchen, un barrio chungo de la ciudad de Nueva York.
Sus poderes son una mezcla del efecto que un extraño líquido hizo en sus ojos cuando era niño y mucho entrenamiento. Matt percibe el mundo con el resto de los sentidos infinitamente mejor que nosotros con los nuestros, vista incluida. Es ciego, sí, pero es capaz de oler y oír mejor que el mejor sabueso y siente cosas para las que el resto de humanos necesitaríamos un cacharro (por ejemplo, las variaciones de temperatura). Sí, es un tío especial, pero no deja de ser un ser humano al que le cuesta sangrar tan poco como a los demás si le clavan un cuchillo. No vuela, no le rebotan las balas ni corre a velocidades supersónicas. Es, dentro de que como digo tiene habilidades sobrehumanas, un superhéroe de segunda clase. Y aquí ha llegado Netflix para sacarle jugo y ganarse el aplauso de muchos fans.
Hablemos de actores y personajes. El prota es Charlie Cox, al que hemos visto en 'Boardwalk Empire' y en 'La teoría del todo'. Es el típico actor casi desconocido que si la serie triunfa mejorará bastante su currículum. Si los rumores se convierten en verdades, hasta es posible que él y su Daredevil se unan en algún momento a 'Los Vengadores' de Joss Whedon. Acompañando a Matt Murdock se encuentra el compañero de facultad y de bufete, Foggy Nelson, interpretado por Elden Henson, un actor con mucho recorrido como secundario. La tercera en el grupo es Karen Page, una cliente reconvertida en secretaria, encarnada por la ex 'True Blood' Deborah Ann Woll. Foggy y Karen forman parte de la vida "civil" de Matt/Daredevil. Cuando Matt sale a la calle a impartir justicia, apenas tiene amigos. Si acaso puede contar con Claire, el papel de Rosario Dawson ('Sin City').
En la calle, Daredevil encuentra al que será su enemigo de esta primera temporada, Wilson Fisk, el papelón de Vincent D'Onofrio ('Ley y Orden', 'Man in Black'., 'La chaqueta metálica'), que aparece tan transformado que apenas se le reconoce y que eleva el nivel de la serie con este personaje, un malo con el que podemos empatizar, por el que más que odio podemos sentir lástima, pero que no deja de tomar decisiones con las que no estamos de acuerdo. Yo, como lector en mis tiempos de cómics de Spiderman, ya me había encontrado con Fisk, con su nombre de guerra, Kingpin. En aquellos cómics no lo recuerdo tan interesante. Era un tío bruto, un mafioso enorme, calvo, que pegaba unos puñetazos casi sobrehumanos. En 'Daredevil', además de lo dicho, vemos su lado humano, el por qué de su forma de vida, sus debilidades, su historia con Vanessa, y el camino que le llevará a convertirse en un malo temible, casi al mismo tiempo que Matt va haciendo crecer al héroe que pasará de ser un vigilante nocturno al Daredevil que será algún día noticia de portada en los periódicos de la ciudad.
La historia de ambos personajes no viene de ahora, ni de hace dos días. Quizá este ha sido uno de los aciertos de los creadores de la serie: contarnos no solo el presente de Murdock y Fisk, sino su pasado, la historia de su infancia y adolescencia, para entender así todo el recorrido de los personajes y acercarlos a los espectadores.
Fisk, sin duda, ha sido quien me han enganchado a esta primera temporada de 'Daredevil'. Él y las peleas del prota con sus enemigos (y con sus amigos). Luchas coreografiadas de manera perfecta, tanto las callejeras (carreras, saltos, persecuciones) como las que se desarrollan en interiores: sobre todo las que tienen como coprotagonista a algún experto en artes marciales. Memorables.
En fin, en esta época en la que no hay día (exagero, pero no demasiado) que no se estrene una peli o una serie de superhéroes (moda que ya se está alargando de más), no está nada mal sorprender con algo distinto, menos chillón y circense, que sin dejar de ser lo que es, una serie de héroes, ha sabido currárselo para hacerlo con bastante más calidad que a la que estamos acostumbrados.