En octubre de 2012, los derechos sobre Daredevil eran recuperados por Marvel Studios procedentes de 20th Century Fox. El personaje creado por Stan Lee y Bill Everett en 1964 volvía a su casa de origen y sus responsables no iban a permitir que este regreso culminara en un subproducto como el que dirigió Mark Steven Johnson en 2003.
Kevin Feige debatió a fondo con sus colaboradores pero la charla más decisoria fue la que mantuvo con el comic-book author Jeph Loeb, nuevo responsable de la división televisiva de Marvel. Juntos vieron claro que la mejor manera de integrar a Daredevil en el Marvel Cinematic Universe sería a través de una serie de televisión.
Este formato permitiría expandir la trama y dotarla de la profundidad que rezumaba de las viñetas creadas por Frank Miller durante su exitoso paso por la saga del Hombre sin Miedo. La nueva serie sería sombría, cruda y muy oscura. Y este enfoque sería el que permitiría reflotar al personaje mediáticamente al igual que la etapa de Miller consiguió en los cómics.
Este tratamiento adulto, siniestro, y extraordinariamente violento era un material que podía interesar a una emisora de cable, donde no hay límites en la expresión gráfica de las perversiones humanas. Tras acordar la distribución con la plataforma Netflix, Loeb confió el desarrollo argumental a Drew Goddard, un guionista de cine y televisión, ávido fan de los cómics, que pese a su juventud ya había trabajado en proyectos de JJ Abrams, Joss Whedon (dirigió Cabin in the Woods), y Ridley Scott.
Goddard escribió los dos primeros capítulos y dibujó la trayectoria del resto de la serie pero le fue imposible continuar por su apretada agenda laboral. Entonces, recomienda para el puesto de showrunner a Steven S. De Knight quien viendo que su nuevo proyecto televisivo tras Spartacus no conseguía salir, acepta encantado el reto de la coordinación argumental de la serie. Además, se compromete a guionizar dos episodios y asume la dirección del capítulo final.
Con un reparto adecuadísimo para el proyecto, Daredevil se rodó durante la segunda mitad de 2014. Su estreno completo en abril de 2015 ha obtenido la mejor acogida crítica recibida por una serie de superhéroes. Podríamos extendernos muchísimo acerca de los factores que han otorgado el éxito a este proyecto. Los académicos parecen haber descubierto ahora un subgénero que siempre denostan sin conocimiento previo. Resulta vergonzoso observar como los mismos que vilipendiaron una magnífica serie como Spartacus sin darle ni una sola oportunidad, ahora se rasgan las vestiduras ante la que han calificado como el "The Wire de superhéroes".
Queridos amigos de las aulas académicas que os habéis auto-investido como gurús de la nueva ficción televisiva: Steven S. De Knight ya realizó un magnífico trabajo en Spartacus que nunca considerasteis porque con toda vuestra brillantez no fuisteis capaces de ver más allá de la superficie. Ese estilo duro, conciso y repleto de buenos diálogos es el que ahora veneráis en Daredevil. Así que por qué no dejáis de escribir vuestros insulsos y aborrecibles libros, en los que dais mil vueltas tratando de encontrar símbolos y significados ocultos que ningún showrunner ha creado, y os ponéis a analizar los proyectos televisivos desde un punto de vista más divulgativo. Claro que si lo hacéis se os acaba vuestro nuevo campo de estudio en el que os retroalimentáis entre vosotros...
Daredevil es un superhéroe cuya razón de ser reside en salvar su barrio, Hell's Kitchen. Esa es su misión y su alcance, lo de salvar al mundo queda para otros. Desde este punto de vista la serie cumple su objetivo con excelencia. Hell's Kitchen ha creado a Matt Murdock para bien y a Wilson Fisk para mal. Los dos son un producto de un vecindario humilde, donde la lucha por progresar es difícil y existen atajos constantes que pueden llevarte por el mal camino. Murdock y Fisk son dos caras de la misma moneda y su objetivo final de mejorar el entorno en el que viven no puede transitar por caminos más distintos. La visualización de todo esto en pantalla y la magnífica interpretación de Vincent D'Onofrio como Fisk consiguen que esta ficción suba varios peldaños respecto a las series de superhéroes recientes. Si a eso le añades la convincente presencia de Charlie Cox y el apoyo del reparto, no cabe duda que esta visión descarnada y lúgubre, que recupera los mejores elementos del relato policíaco neo-noir, es un acierto completo.
Se han mantenido las constantes que mejor dibujan al personaje del justiciero ciego: su tragedia personal representada en la muerte temprana del padre, su arraigo católico, la devoción por defender al barrio que le ha imprimido su carácter y, por supuesto, la obsesión por convertirse en un hombre preparado para cualquier reto. Además del férreo entrenamiento (genial aparición de Stick), el accidente que le dejó ciego le dotó de otros dones que, en la mayoría de las ocasiones, son mejores que la visión tradicional. A partir de aquí, tenemos contundencia y realismo en las peleas, sutiles referencias al universo Marvel compartido, y presencias emblemáticas que deben hacer las delicias de los seguidores más acérrimos. Por si esto no fuera suficiente, la técnica cinematográfica invade el proyecto y confiere poderío visual al incorporar planos secuencia, travellings y grandes movimientos de cámara.
Cuando las andanzas del diablo de Hell's Kitchen empiezan a tener su eco en la ciudad, Matt confiesa sus temores al Padre Lantom (Peter McRobbie). Se lamenta pues siente al Diablo en su corazón y en su alma, clamando por salir, y esa parece ser la única forma de impedir los planes de Fisk. El sacerdote le dice algo que le guiará a partir de ese momento:
"Quizá la idea es que intentes llamar a la parte del ángel de tu naturaleza. Quizá esa es la lucha que estás sintiendo... dentro de tí. Probablemente ese era el plan de Dios desde el principio. Por eso le creamos, le permitimos caer en desgracia... convertirse en un símbolo al que temer... advirtiéndonos a todos para que andemos por la senda de los justos."Así será Daredevil en su evolución futura. Protegerá las calles desde la sombra, se asegurará que los culpables cumplan su castigo y defenderá al barrio sin el cual no sería nada. Hell's Kitchen ya tiene a su salvador aunque las amenazas nunca le permitirán bajar la guardia.