Después de varios días de explosiva violencia en Darfur que hizo colapsar un acuerdo entre el Movimiento de Justicia e Igualdad (MEJ, en inglés) —el mayor grupo rebelde de esa región occidental de Sudán—, y las autoridades de Jartum, es posible un retorno a la mesa de negociación en Doha, Qatar, que ponga fin a un conflicto que tanto sufrimiento ha dejado a ese pueblo. Pero es casi seguro que la nueva ronda de diálogo no contará con el más importante grupo rebelde de la zona.
Las conversaciones quedaron estancadas debido a los persistentes choques armados entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales, quienes se culpan unos a otros por no respetar el alto al fuego acordado el 23 de febrero pasado en Doha.
El gobierno de Al-Bashir, que busca la construcción de un Estado nacional y unido, sin la injerencia de potencias extranjeras, sigue defendiendo la idea de volver a las negociaciones, mediadas por la ONU y la Unión Africana. Quiere un acuerdo definitivo y sabe que la paz duradera y sostenible solo es posible si llega a arreglarse con todos los grupos que están operando en la región.
Por ello, la invitación a la nueva ronda de diálogo está abierta para todas aquellas agrupaciones que quieran participar. Hasta el momento, el Movimiento de Liberación y Justicia (MLJ), que reúne a grupos antigubernamentales menores, no solo ha aceptado conversar, sino que es partidario de conceder tiempo para que las demás facciones lleguen a un consenso sobre sus propuestas y exigencias, según informó el Sudan Tribune.
Sin embargo, el MEJ sigue poniendo condiciones. Primero se había retirado de la mesa de negociación aludiendo que las autoridades qataríes eran favorables al gobierno de Omar Hassan al-Bashir, y por tanto pedían la incorporación de Egipto como otro mediador. Ahora dice que no volverá a Doha, al no ser que su líder, Khalil Ibrahim, regrese a Darfur.
El cabecilla del MEJ se encuentra en Libia desde que las autoridades de Chad le impidieron entrar, el 19 de mayo, a su territorio, el cual había sido utilizado como base de operaciones de los rebeldes y como puente para cruzar a Darfur, hasta que los gobiernos de Yamena y Jartum resolvieran sus contradicciones.
Y por si fuera poco, se comenzaron a reportar nuevamente violentos enfrentamientos entre el ejército sudanés y el JEM, lo cual empeora el escenario y siembra mucha más desconfianza entre ambas partes. Con estos truenos es casi seguro que Jartum no podrá contar con el más fuerte de los grupos rebeldes de Darfur.