Dark-City

La película de ciencia-ficción Dark City (1998, dirigida por Alex Proyas), con el tiempo, se ha convertido en un clásico, imitada en todo o en parte en muchas otras obras cinematográficas. No tuvo mucho éxito en su estreno, no sé por qué razón. Y eso que podría calificarse de pequeña obra maestra del género, el thriller futurista, el cine fantástico.
Además, lo que cuenta lo cuenta muy bien. Estructurada, perfectamente entendible, con un metraje adecuado y un montaje al servicio de la historia. Como las buenas obras, los buenos relatos, ofrecen muchas interpretaciones, tantas como espectadores tenga.
La idea, sencilla y sugestiva, es la siguiente: la realidad puede ser transmutada completamente y con ella sus protagonistas, los seres humanos. Además, en nuestros tiempos de unos muy pocos, el film cobra un cierto valor profético. O la realidad social bascula entre el gobierno de unos pocos a sociedades gobernadas por unos cuantos, no muchos, en las democracias. En cualquier caso, la película parece hacerse eco de otro hecho propio del ser humano. El de creer que la realidad creada por nuestros cerebros es definitiva. Y de ahí, los leves destellos de irrealidad que a veces se intuyen, pues lo que vemos, olemos y recordamos, la configuración del mundo, tiene un ingrediente de ilusión. De hecho, dicen los astrónomos, que como el agua en el planeta tierra, gran parte del universo está formado por materia oscura, de la que apenas sabemos el nombre y nada más.
No quisiera estropear el visionado de Dark City a quienes no la han visto. Hay destellos de cine negro. Hay mucha creatividad y un uso brillante del escaso presupuesto. En algo recuerda a Blade Runner, pero mira atrás, al expresionismo alemán, a una estética oscura y decadente, un mundo de sombras con unos decorados que obligan a mover la mandíbula de lado a lado.

- Abstenerse: si crees que, definitivamente, Facebook es el mundo real.
-Recomendable: Para los amantes de las bicicletas, los soldaditos en sobres, a quienes les gusta tomar helado en verano, ir de tiendas, calcular trayectorias en el terreno de la balística termonuclear, sacar a pasear el perro haga frío o calor y para aquellos que se han fijado que su ciudad ha cambiado, y aparecen aquí y allí calles que antes no existían.
- Puntuación: 7,89