Una de las grandes virtudes de los juegos de From Software es la sensación de inmersión que te dan sus escenarios. Todos están tan bien interconectados que no queda ni un cabo suelto entre ninguna de las partes del mapa. Bien es verdad que esto sucedía en su primera entrega, mientras que Dark Souls II fue muy criticado precisamente por la unión carente de sentido entre muchos de los mapas.
Para poner algunos ejemplos, pondremos la famosa Torre de la Llama de Heide, ruinas que están casi sumergidas en el mar. Pues bien, a medida que avanzamos, llegamos a un punto en el que empezamos a bajar grandes tramos de escaleras, pasamos el nivel del agua y, ¡sorpresa!, llegamos al Muelle de Nadie, con el nivel del agua muy bajo, cuando deberíamos estar totalmente sumergidos en el mar. Otro caso es el del Torreón de Hierro, zona que se encuentra rodeada de lava, y a la que se llega mediante un ascensor que nos lleva a muchos metros sobre el nivel del suelo. Algo incoherente, ¿no?
Dejando de lado estas incoherencia de la segunda entrega, Miyazaki ha dejado muy claro que con Dark Souls III han puesto todo el empeño del mundo en que los escenarios estén perfectamente conectados entre sí, tal y como ocurrió en la entrega original. Además, ha afirmado de que nuevo no tendremos datos exhaustivos de la historia durante la aventura, sino que deberemos ir atando cabos por nosotros mismos, tal y como ha sido siempre en cada entrega.
Dark Souls III verá la luz el próximo 12 de abril del presente año para PS4 y otras plataformas de nueva generación. ¿Preparados para morir?
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