
-AVISO SPOILERS-
Dark Was the Night es para mí un sólido ejercicio de Serie B. De la de antes. De la que se tomaba en serio a sí misma. Lo que no quiere decir que no haya en la película los necesarios toques de humor. Una puesta en escena funcional, interpretaciones contenidas y sobre todo la sabiduría para saber narrar la historia de forma de efectiva haciendo del defecto -un presupuesto visiblemente limitado- una virtud.
La idea de partida es el desequilibrio. Ecológico, como sugieren los planos iniciales del prólogo, que nos muestran la tala de árboles del bosque. Místico, como asegura un descendiente de los amerindios (Nick Damici), que recuerda una vieja leyenda sobre el castigo de los dioses -el Wendigo- a los hombres blancos que no respetan sus tierras. Pero sobre todo hay un desequilibrio emocional: el sheriff, Paul Shields (Kevin Durand) ha perdido a su hijo pequeño y su ayudante, Donny (Lukas Haas), a su compañero en un tiroteo. El relato tradicional -y conservador- exige que el orden sea restablecido.

