Entrada publicada originalmente en la desaparecida web Terror.Team
Darling es una más en la lista de sugerentes propuestas que la productora Glass Eye Pix de Larry Fessenden está ofreciéndonos a los aficionados al género de terror. En esta ocasión, aunque contamos con un guión que no presenta ninguna novedad destacable, es el exquisito tratamiento visual y estilístico el que desmarca a esta película de su competencia.
«Darling» es una película de contrastes, cosa que podemos comprobar desde el mismo arranque donde se nos muestran unas maravillosas panorámicas de una gran urbe, mostradas en el estilizado blanco y negro que se convertirá en una de las grandes marcas identificativas de la cinta. Tenemos ahí la primera contraposición, entre esas tomas exteriores iniciales y el resto del filme, que posee un desarrollo claustrofóbico siempre rodado en interiores. El director Mickey Keating (Pod, Carnage Park)nos propone un sugestivo y continuo juego de confrontación entre lo antiguo y lo moderno y entre luz y oscuridad que le otorga a la película una identidad visual irresistible.
Estamos ante una de esas películas que explora la psique de la protagonista creando un ambiente de pesadilla que nos hará sentirnos incómodos en más de una ocasión. Para ello, Keating acompaña las imágenes con un sempiterno y pesado tic tac de un viejo reloj, cosa que puede ayudar al espectador a entrar en el "estado mental" adecuado para sumergirse en la película. El problema de este tipo de propuestas es, posiblemente, la dificultad a la hora de conectar con cierto tipo de público que tal vez espere un terror más físico que psicológico. Y es que su lento ritmo, unido a algún momento que roza lo experimental, hace que no sea demasiado accesible de entrada y que necesitemos poner algo de voluntad en su visionado. Personalmente, reconozco que conseguí meterme en la película desde el inicio, pero entiendo que habrá gente a la que le cueste entrar en una propuesta tan particular.
Pese a hacer gala de una personalidad propia, es evidente que «Darling» bebe de muchas fuentes, siendo tal vez las más claras El Resplandor de Stanley Kubrick y, sobre todo, la pareja de películas de Roman Polanski formada por Repulsión y La semilla del diablo, con las que comparte tono y el hecho de tener una protagonista femenina, aquí interpretada por una estupenda Lauren Ashley Carter (The Woman, Jug Face). La joven actriz lleva todo el peso del filme sobre sus hombros con bastante solvencia y cierto estilo. También encontraremos una corta aparición de una de las grandes losers de Hollywood, la polémica Sean Young, que interpreta aquí a la dueña del piso.
Como nota negativa, podemos destacar que un rótulo al inicio del filme avisa de la introducción de una serie de imágenes rápidas a modo de flash para causar sobresaltos. Esto, a pesar de resultar efectivo, no deja de ser un recurso un tanto tramposo para asustar al espectador, al tiempo que su excesiva repetición le resta impacto.
Estamos, por tanto, ante una película de esas que probablemente polarizará opiniones y que, para bien o para mal, no deja indiferente. Desde aquí declaro mi adhesión al bando de los que han quedado más que satisfechos con su visionado, por lo que me atrevo a recomendarla sin remilgos.
Mi nota: 7