Frente a la miseria espiritual en la sociedad se impone el modelo basado en el darwinismo social que no es otro que el promulgado por el materialismo (lucha por la supervivencia); la competitividad, la hiperviolencia, la ley del más fuerte, la del más adaptado al Sistema que excluye a los inadaptados, a las víctimas y perdedores que provocan la guerras desatadadas bajo cualquier forma por el Capitalismo. En una una sociedad sin a penas amor el sentimiento de solidaridad, apoyo mutuo y compasión quedán como meros adornos intelectuales e idealistas para seguir justificando la guerra por la supervivencia.
Una sociedad gobernada está abocada al fracaso permanente, por muy buenas que sean sus condiciones materiales siempre estará sujeta a los dictados del Poder que la manipulará según las conveniencias e intereses que crea oportuno imponer en cada momento la clase dirigente.