Luego de la llegada de Colón a América, y antes de la etapa de conquista de aquellas tierras, numerosos navíos contratados por las cortes más poderosas de Europa surcaron los mares en busca de nuevas rutas comerciales y pasos que contectaran los mares Atlántico y Pacífico.
Fernando o Hernando de Magallanes, portugués, fue contratado por la corona española con el objetivo de encontrar un paso que uniera ambos océanos. De esta expedición sabemos que la isla de Tierra del Fuego fue bautizada con ese nombre por sus marinos europeos. Desde los barcos podían divisar las constantes fogatas de los indios selknam de la región. El nombre original de Tierra de los Fuegos, fue cambiado por Carlos I por el nombre de Tierra del Fuego.
Hacia 1515 Juan Díaz de Solís, español, llegó al estuario del Río de la Plata, bautizándolo como Mar Dulce. En ese mismo trayecto desembarcó en la isla Martín García, bautizada así porque en ella fue enterrado el segundo a su mando. De este modo se dirá que Solís fue el primer europeo en poner un pie sobre el territorio argentino. Finalmente, morirá asesinado junto a otros marineros por guerreros guaraníes o charrúas.
Al italiano Juan Caboto, las coronas españolas y portuguesas le negaron financiación, por lo cual acudió a la corte inglesa. Allí, los ingleses lo bautizarían como John Cabot y sólo tres años después del primer viaje de Colón, Caboto exploraría las tierras de norteamérica. Él y sus hombres podrían haber sido los primeros europeos en pisar tierras norteamericanas desde los vikingos. Sus viajes y descubrimientos fueron la base de las reinvindicaciones inglesas sobre esa porción del continente americano.
Su hijo fue Sebastián Caboto, quien, el 9 de junio de 1527 fundó el primer establecimiento español en la Argentina: el fuerte Sancti Spiritu, en la desembocadura del río Carcaraña. Cerca de su ubicación se levantó el pueblo Puerto Gaboto, en honor al famoso navegante.
A la muerte de Magallanes en Filipinas - en 1521 - quedó al mando de la expedición Juan Sebastián Elcano, quien participó de la primera vuelta la mundo. El mencionado rey Carlos I le concedió, como emblema y escudo, una esfera del mundo, acompañada de la leyenda Primus circumdedisti me, o sea, Fuiste el premro en darme la vuelta.
Fuente: Wikipedia - Archivo Personal.