Puede que ya hablasemos de ellos en los animales, incluso en humanos a nivel histórico o culinario, pero no podemos seguir ignorando el principal componente atmosférico de los ascensores concurridos. Pedo, flatulencias, ventosidades, cuescos, gases, pun, tusco son palabras que describen esta perfumada emanación.
Estos están compuestos principalmente por nitrógeno (N 2), oxígeno(O 2), hidrógeno (H 2), dióxido de carbono (CO 2) y metano (CH 4) en proporciones variables. El hidrógeno, dióxido de carbono y metano formaban el 74% de la emisión y se producían intraluminalmente, es decir, en el interior del intestino como producto bacteriano. El oxígeno y el nitrógeno forma parte del aire tragado por la boca. Las bacterias productoras de metano y las productoras de ácido sulfídrico (H 2 S) son mutuamente exclusivas en las heces, sin embargo, coexisten en el colon.
Atendiendo al olor, los pedos se pueden clasificar en tres grupos: el ácido sulfídrico produce el clásico olor a huevos podridos, el metanotiol le da el toque de verduras en descomposición mientras que el sulfuro de dimetil) le da un toque dulce. El metanotiol es uno de los reyes en cuanto a peste se refiere, produciéndose por el consumo de sangre y de carnes rojas.
El volumen emitido también es variable, rondando entre los 33 y 125 mililitros en un episodio y aumentando a 200-2460 ml/día según la dieta. No parece haber diferencia entre sexos. La emisión se reduce al dormir. Incluso ciertas cepas de bacterias fermentadoras de ácido láctico ( Lactobacillus casei y L. plantarum) pueden disminuirlas. Sin embargo, hay registrados casos extraordinarios, como el de una persona que, en dos periodos de 18 horas, produjo 2730 ml y 2360 ml, compartiendo con el mundo más de 50 flatulencias diarias. En este sujeto, al descubrir que gran parte era aire absorbido oralmente, se intentó reducirlo indicándole que mantuviera un objeto en la boca para evitar que la cerrara. Sin embargo, fracasó al producir 66 ventosidades en 13 horas y media. Aunque informan que no se probó, señalan la posibilidad de promover el erupto con un carminativo como el aceite de menta.
Contenerlos tampoco es bueno, ya que son absorbidos por las paredes intestinales y alcanzando la sangre. Al hacerlo repetidamente puede dar lugar a problemas como una distensión abdominal.
Quizás leyendo esta entrada os habeis preguntado si cómo hacen estas mediciones. Una botella en el culo no parecería la opción más comoda. Existen diferentes dispositivos, pero suele usarse un cojín de poliuretano envuelto en tela con una superficie cubierta en carbón activo y un tubo que se introduce en el ano.
Fuentes
- Suarez, F., Furne, J., Springfield, J., &Levitt, M. (1997). Insights into human colonic physiology obtained from the study of flatus composition. American Journal of Physiology-Gastrointestinal and Liver Physiology, 272(5), G1028-G1033.
- Tomlin, J., Lowis, C., & Read, N. W. (1991). Investigation of normal flatus production in healthy volunteers. Gut, 32(6), 665-669.
- Granito, M., & Alvarez, G. (2006). Lactic acid fermentation of black beans (Phaseolus vulgaris): microbiological and chemical characterization. Journal of the Science of Food and Agriculture, 86(8), 1164-1171.
- Levitt, M. D., Furne, J., Aeolus, M. R., & Suarez, F. L. (1998). Evaluation of an extremely flatulent patient: case report and proposed diagnostic and therapeutic approach. The American journal of gastroenterology, 93(11), 2276.
- Roach, M. (2013). Gulp: adventures on the alimentary canal. WW Norton & Company.
- Suarez, F. L., Springfield, J., & Levitt, M. D. (1998). Identification of gases responsible for the odour of human flatus and evaluation of a device purported to reduce this odour. Gut, 43(1), 100-104.
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