Revista Opinión
Por mucho que se empeñen los políticos en 'disfrazar' los datos macro-económicos de nuestro país, son muy tozudos (los datos) y yo diría inquebrantables.Tenemos los datos principales que teníamos cuando dejó la presidencia de la nación el socialista José Luis Rodriguez Zapatero.El número de parados era de 4.442.359 (la llamada herencia de Zapatero).Ahora con datos al 31 de marzo de 2015, la cifra es de 4.451.939.Otro dato que resulta significativo es el número de afiliados a la Seguridad Social. Al 31 de diciembre de 2011 eran de 17.229.992 y al 31 de marzo de 2015 es de 16.832.801.Es claro que con la reforma laboral de Báñez ha traído una precarización del empleo en España; esto es que la reducción de los salarios traen como consecuencia un incremento de la pobreza y se han abierto unas brechas cada vez mayores en las desigualdades.No cabe la menor duda que las políticas practicadas por indicación de la no desaparecida Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, y Fondo Monetario Internacional), han dado los resultados que todos conocemos.Pero hay un dato que envuelve y acapara a la nación y no es otro que la corrupción.La corrupción también es un dato inquebrantable y por supuesto muy tozudo, pues la ciudadanía sabe perfectamente que se han cometido robos mayúsculos y no han revertido a los ciudadanos para amortiguar esa desigualdad cada vez más notoria entre los de 'arriba' respecto a los de 'abajo'.Tenemos que hacer todo lo posible para que esa especie de fórmula que acuna todo lo anteriormente relatado, dejen de negar todas las fuerzas de que aquí no ha pasado nada. La realidad nos está diciendo a voces que esos datos inquebrantables, hay que hacer todo lo posible para quebrarlos en beneficio de la ciudadanía.