Los datos mandan... Todo lo basado en datos se presume objetivo, fiable y libre de trampas. Tenemos periodismo basado en datos, big data, y la evidencia sanitaria se ha transformado en un complejo entramado estadístico que casi permite extraer cualquier conclusión. Ya lo decía Coase (Nobel de economía): "if you torture the data enough, nature will always confess".La realidad, sin embargo, no es tan objetiva, y los datos que extraemos siempre van a tener sesgos a la hora de obtenerlos o de interpretarlos. Ioannidis es muy claro al respecto: Why most published research findings are false? Cuestiones como la difícil repetición de ensayos con resultados idénticos, los prejuicios o la difusión de resultados parciales no ayudan a desmontar las afirmaciones de Ioannidis, y quizás deberían hacernos pensar un poco sobre esta época de datos, datos y más datos.Tener todos los datos y toda la información no ayudará a tomar las mejores decisiones, pero es un paso lógicamente. En El Mundo, hace pocos días, Javi Gómez se planteaba si no vivimos en una dictadura del dato. Comparar la popularidad con los likes de Facebook, saber si he caminado un paso más o menos que ayer, o incluso comprobar que el consumo de aquel antiagregante cayó durante las fiestas del pueblo y tuvo un pico con la luna llena de enero.Los datos son imprescindibles, pero mientras no tengamos clara su utilidad y veamos todas sus posibilidades, nos quedaremos en las anécdotas (este reciente artículo del BMJ lo dice muy claro). La vida, la gestión o la investigación son mucho más que una tabla dinámica, una correlación o una base de datos infinita. La parte cualitativa, las emociones, el entorno, la presión social, las modas (lo que ayer era malo, hoy es bueno) y el hecho de no disponer de (un número suficiente de) profesionales expertos para trabajar adecuadamente los datos son muchos de los factores que nos lanzan señales de humo sobre el riesgo de sacar conclusiones incorrectas.La verdad es demasiado compleja... De hecho, ¿podemos reducir la realidad a una fórmula o un algoritmo? ¿Y lo altamente improbable?Nota: la imagen es de Tom Fishburne.