Revista Cultura y Ocio

David Bowie - Earthling (1997)

Publicado el 24 marzo 2016 por Syntheticman @vozdelosvientos
David Bowie - Earthling (1997)
Con “Outside”, David Bowie dio un importante giro hacia la electrónica y los sonidos industriales, algo que llevó un poco más allá durante la correspondiente gira en la que estuvo acompañado, además de por su banda habitual entonces, por los miembros de Nine Inch Nails en la parte americana del “tour”.
Ese reencuentro con la música electrónica revitalizó en cierto modo al artista británico de modo que, apenas concluida la gira decidió que quería entrar en el estudio para volver a grabar. Este aire espontaneo y casi de improvisación fue uno de los rasgos característicos del disco. El propio Bowie fue el productor y las sesiones dieron comienzo sin material previo alguno (aunque se regrabó alguna canción antigua, nada estaba planeado de antemano. En aquel momento la música electrónica estaba experimentando un importante repunte de popularidad y bandas como Underworld (impulsadas por la banda sonora de “Trainspotting”) o The Prodigy se encontraban entre las que Bowie escuchaba con cierta regularidad. También Trent Reznor y los citados Nine Inch Nails. Esas influencias fueron muy importantes en el sonido global del trabajo pero cuesta identificar momentos concretos en los que sean evidentes.
Los músicos que participan en el disco son: Reeves Gabrels (teclados, guitarras y voces), Mark Plati (teclados), Gail Ann Dorsey (bajo y voces), Zachary Alford (batería y percusiones) y Mike Garson (piano, teclados). Bowie, además de cantar, toca la guitarra, el saxo y los teclados.

David Bowie - Earthling (1997)

Bowie durante la gira del disco.


“Little Wonder” - Sin introducciones ni sutilezas, el disco se abre con un despliegue de ritmos drum'n'bass que dan paso a la voz de Bowie cantando un texto sencillo pero pegadizo. Las guitarras son muy agresivas y rescatan por un momento a la pieza del marasmo electrónico en el que se había sumido llevándola a un terreno más cercano a la música más habitual del autor. Sin embargo, esto sólo dura unos instantes porque inmediatamente volvemos a los experimentos rítmicos que ocupan el segmento central de la pieza. Guitarra y bajo se citan entonces para juguetear durante un rato antes del gran final, pleno de vigor con un Bowie rockero próximo al de Tin Machine. El corte fue el segundo single del disco.

“Looking for Satellites” - Una especie de coro que recita parsimoniosamente un raro texto nos recibe en una de las canciones más interesantes del trabajo. Un corte de pop electrónico muy poco convencional pero muy atractivo en el que se dan la mano muchas tendencias sin dejar de lado ráfagas rockeras, especialmente con los solos de guitarra de la parte final.
“Battle for Britain (the Letter)” - Nuevo ejemplo de “drum'n'bass” desatado en un extraordinario contraste con el lento desarrollo de las partes vocales. El efecto es notable. Escuchamos una pieza absolutamente actual en el contexto en que fue grabada pero que conserva toda la esencia del sonido de Bowie e incluye algunos toques “jazzies” absolutamente marcianos. A pesar de todo, no consigue situarse entre nuestras favoritas.
“Seven Years in Tibet” - El que fue el último single del disco comienza con una percusión marcadísima en la que se apoya el saxo de Bowie para dibujar una cadenciosa melodía. A la hora de cantar, el artista lo hace tras una serie de filtros que enmascaran su voz como si procediese de un viejo transistor de bolsillo. Una vez más, y es una característica clara de todo el disco, las guitarras ponen un contrapunto ácido a los sonidos electrónicos como queriendo mantener un ancla  en el espíritu del Bowie más clásico. Como curiosidad, en algunos momentos se escuchan lo que podían ser breves citas de “It's No Game”, el tema que abría el clásico “Scary Monsters”.
“Dead Man Walking” - El tercer single de “Earthling” fue una canción decididamente entregada a la vertiente más cercana a la pista de baile de la música electrónica. A pesar de ello, es una pieza muy interesante que contiene giros jazzísticos (especialmente en el piano de Garson) y que quizá podriá haber mejorado en una versión más relajada.
“Telling Lies” - La canción que tuvo el honor de ser el adelanto del disco (como descarga electrónica, algo completamente nuevo en aquel momento) era un tema con un claro ritmo drum'n'bass en su inicio que enseguida evoluciona hacia una canción electrónica de ambiente muy extraño y opresivo por momentos. Con algún giro vocal que nos recuerda al “Yassassin” del LP “Lodger”, Bowie parece querer mantener algún vínculo con su pasado a la vez que se sumerge en las corrientes más avanzadas del momento. A pesar de la carga electrónica del tema, hay momentos extraordinarios de Gail Ann Dorsey al bajo y también de Zachary Alford a la batería y es que no toda la sección rítmica recae aquí en la electrónica ni mucho menos.

“The Last Thing You Should Do” - Volvemos a los ritmos frenéticos en contraste con las melodías lentas y las guitarras afiladas como cuchillas de afeitar. Casi veinte años después de su publicación, canciones como esta siguen sonando actuales e incluso vanguardistas lo que explica que en su momento descolocasen a más de un seguidor.
“I'm Afraid of Americans” - Probablemente la canción más popular del disco, con permiso de “Little Wonder”. Realmente se trataba de un descarte de “Outside” y por ello está firmada por Bowie y Brian Eno, coautores de la mayor parte de los temas de aquel trabajo. Antes de aparecer en “Earthling” una versión previa de la pieza pudo escucharse en la banda sonora de la película “Showgirls” aunque cuando la canción alcanzó mayor difusión fue a través de las remezclas que Trent Reznor hizo para los singles (de hecho, la versión del disco no aparecía en ninguno de ellos). Sin duda, se trata de una de nuestras canciones favoritas de todo el trabajo.
“Law (Earthlings on Fire)” - Cerrando el disco tenemos otro robusto corte electrónico cuyo comienzo podría haber sido firmado por los Depeche Mode de aquellos años sin ningún rubor. Según nos adentramos en la pieza ese parentesco se diluye en favor del propio Bowie. Tiene algo muy atractivo esta canción que no terminamos de identificar porque no tiene que ver con una melodía inspirada o con interpretaciones deslumbrantes. Cosas que ocurren con los genios, sin duda.
Lo cierto es que “Earthling” no fue un gran éxito para Bowie. Desde el punto de vista artístico, y siempre en nuestra opinión, tampoco se acercó al nivel de su predecesor “Outside” aunque mantiene un buen nivel medio. La aproximación de Bowie a las corrientes electrónicas más en boga en aquel momento fue muy digna y con una personalidad muy marcada (no utilizó, como la mayoría de artistas del género, “samples” de otros como bases, por ejemplo). Con todo, fue el disco que cerró una etapa en la carrera de Bowie quien, en adelante volvería a un sonido púramente rockero en el que la electrónica se convertiría en una herramienta más y no en un medio de expresión de por sí.
En el blog le hemos dedicado varias entradas en los últimos meses a la música de Bowie, algo planeado desde que supimos de la aparición de “Blackstar” y que termina por ahora con ésta dedicada a “Earthling”. No quiere decir esto que el artista británico no vaya a volver a aparecer por aquí aunque la idea es que tarde un poco en hacerlo (conociéndonos un poco, no descartamos que en cualquier momento cambiemos el plan inicial). Con todo, aprovechamos para recomendar a todos los lectores el repaso a cualquiera de los trabajos del artista. Raro será que no encuentre en ellos alguna canción especial por uno u otro motivo.
Os dejamos con una de las mezclas de Trent Reznor (co-protagonista del video-clip) de "I'm Afraid of Americans"
 

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