Revista Cultura y Ocio
David Bowie inició la década de los 90 de manera curiosa, primero terminando su proyecto Tin Machine, cuyo segundo disco de 1991, pero sobre todo el primero de 1989 revitalizó mucho la carrera del de Brixton, del tercero casi nada se supo. En 1993 editó Black Tie White Noise, donde empieza a buscar otra nueva onda más pop, para lo que recurrió a Nile Rodgers a la producción, como hiciera en 1983 con Let's dance, con singles llamativos, aunque el álbum es irregular, pero regresa a la elegancia. Aunque es en 1995 donde vuelve a dar un golpe de autoridad con Outside, y me refiero al asunto de innovar. Se trata de un álbum conceptual donde se vuelve a reunir con Brian Eno, después de que en la boda Bowie-Imán ambos tocaran y volvieran a sentir la necesidad de trabajar juntos. El subtítulo del disco es "El asesinato Ritual Artístico de Baby Grace Blue: Un Hiper-ciclo de Drama Gótico No-lineal", por eso se centra en los personajes de un mundo distópico en la víspera del siglo XXI.Es donde David vuelve a ser la vanguardia, a pesar de que la crítica en ese momento pasa de él en canoa, cosa que al Duque Blanco le importaba relativamente, pese a que el propio artista sabía que había tirado por los suelos algo de su crédito, con algún que otro disco bajo como Never let me down. Siempre fue un artista que sabiamente era oportunista, y en ese momento de mediados de los 90, la figura del Serial Killer (asesino en serie) en el panorama cinematográfico (Asesinos por naturaleza o Seven), y en lo musical, de introducir el sonido industrial que ya venía siendo tendencia por gente como Trent Reznor y sus Nine Inch Niles (Downward spiral de 1994, por ejemplo) serán claves para este trabajo. Así el disco combina el aspecto cinéfilo con el musical, siendo un sórdido film noir narrado a través de extraordinarias canciones, ruidos evocadores e incluso monólogos inquietantes de personajes actuados por Bowie, víctimas y verdugos, todos ellos reunidos en torno a una idea como la del asesinato, considerada como una de las bellas artes, ahí es nada. Los músicos del disco fueron Bowie a la voz, saxo, guitarra y teclado, Brian Eno a sintetizadores, tratos y estrategias, Reeves Gabrels a la guitarra solista, Carlos Alomar a la guitarra rítmica, Erdal Kizilçay al bajo y teclado, Mike Garson al piano y Sterling Campbell a la batería. Por si fuera poco, en la gira del álbum Bowie llamó a Trent Reznor para que tocara con él en vivo, y hablamos del disco más largo del Duque, quien pensó hacerlo doble, no en vano se compone de 19 temas.
Leon takes us outside comienza la obra, una gran pieza instrumental para que luego siga con Outside entre una melodía donde los teclados y ambientes que crean te hacen sumergirte en el mundo que ha creado el artista y los personajes inventados por él. The Heart's Filthy Lesson es una joya, rock industrial a saco, guitarras potentes y un sonido oscuro y profundo, gran single. A small plot of land con un piano muy juguetón inicia un tema de pura improvisación, que va navegando mientras crea atmósferas, interesante canción con ese guitarreo de Gabrels sideral. Segue - Baby Grace (A Horrid Cassette) es uno de los monólogos con voz distorsionada. Y llega un tema realmente espectacular (no me gusta el remix con Pet Shop Boys, lo siento), donde una base rítmica espeluznante abre la canción, con tonos siniestros y oscuros, una maquinaria industrial descomunal con el muro de sonido de las guitarras y teclados, además de la voz de David realmente atrayente. The motel es bastante más tranquila, que hacia la mitad toma ritmo con el piano de Garson delicioso recorriendo la canción, mientras en el último tramo entra Gabrels a despachar su ruidosa y fantástica guitarra. I have not been to Oxford town es una canción donde el asunto vocal y los coros llevan el peso, junto al ritmo pesado de la sección rítmica haciendo un conjunto brutal. No control vuelve a estar dominado por teclados y samplers, creando una atmósfera increíble con su voz como hilo conductor diría que gloriosa desplegando tonos bestiales. Segue - Algeria Touchshriek es otro monólogo corto.
The Voyeur of Utter Destruction (As Beauty) es un medio tiempo que se va acelerando a medida que van entrando los instrumentos, un increscendo brutal donde el piano de Garson vuelve a correr libre. Segue - Ramona A. Stone/I am with name es el siguiente monólogo, aunque este llega a cuatro minutos. Wishful beginnins es quizás el tema más oscuro de todos, casi de ultratumba con sonidos cargantes y profundos. En We prick you dominan de nuevo los teclados, samplers y atmósferas, retomando el vuelo, uno de los temas más conseguidos donde la voz circula libre y a gusto. Segue - Nathan Adler, Pt 1 es un monólogo corto de un minuto conducido por una guitarra. I'm deranged que luego iría en la película de David Lynch "Lost highway" es una gozada suprema, impregnada de melancolía y con un aire apocalíptico realmente fascinante. Thru' these Architects' Eyes es una canción a medio tiempo preciosa, con una preciosa melodía y aderezada perfectamente, enorme tema. Segue - Nathan Adler, Pt 2 cierra los monólogos. Y llega la mejor canción del disco bajo mi punto de vista, Strangers when we meet, una absoluta joya en si misma que Bowie dedicaría a Imán, su mujer, y que a mi personalmente me trae recuerdos de una época muy bonita de mi vida cuando la descubrí, gozada de melodía, voz APABULLANTE (¡¡¡qué manera de cantar!!!) y ese piano de Garson con la guitarra sincopada de Gabrels que la hacen tan grande.
En definitiva un disco de calidad, profundidad, originalidad y concepto, teniendo algo fundamental y es que los temas se fueron componiendo en el propio estudio, ya que no venían preparados antes de entrar, hecho aposta. Un trabajo donde según las propias palabras del artista "Los personajes y la narrativa son sólo el esqueleto y la textura musical es la carne y la sangre".
Os dejo con el vídeo del tema The Heart's Filthy Lesson.