CÉSAR VIDAL
Me encontré por primera vez con «David Copperfield» cuando no había cumplido los diez años.
Fue en la pantalla en blanco y negro de la única televisión que había en España. En ella, Francisco Valladares encarnaba al personaje de Dickens con su solidez habitual.
Atraído por el ritmo del relato, me sumergí en las páginas de la novela no mucho después gracias a una edición de bolsillo muy económica –costaba como mucho cincuenta pesetas– que publicaba Bruguera en Libro Amigo.
Puede leer aquí el artículo completo de este escritor, historiador y teólogo de fe protestante titulado David Copperfield