El pasado año 2012 fue, como todos sabéis bien, el bicentenario del nacimiento de Charles Dickens. Fue tal la avalancha de reediciones de sus títulos, que sentí que me había estado perdiendo algo muuuuy grande. Así que comencé a comprarme todas las obras de Dickens que pude. Pero no está bien comprar y comprar obras de un autor sin haber leído ni uno sólo de sus libros, así que mi compañera de trabajo Isa y yo decidimos leer a Dickens en su aniversario. Y comenzamos por la que dicen que es su mejor obra: David Copperfield.
Como bien podéis deducir por el título, el protagonista del libro es David Copperfield y es él mismo el que nos narra su historia desde que nace hasta la edad adulta. Cuando David nace su padre ya ha muerto, pero se cría felizmente con su madre y con su niñera. Pero todo eso cambia cuando su madre vuelve a casarse. Su padrastro, el señor Murdstone, decide enviarle a un colegio lejos de su casa y de su madre. En ese momento comienza la dura vida de David, que verá cómo debe arreglárselas él solo si quiere avanzar en la vida.
No he querido contaros demasiado de la trama del libro para que aquellos que no lo hayan leído lo disfruten totalmente. La historia de David Copperfield es apasionante de principio a fin. Las diferentes situaciones en las que se mete, los personajes que conoce (cada cual más estrafalario y más genial) y el maravilloso modo de escribir de Charles Dickens (sin olvidar el exquisito trabajo de traducción de la edición de Alba, a cargo de Marta Salís) hicieron que quisiera volver a leerlo nada más haber cerrado el libro.
Aunque lo he mencionado más arriba me gustaría resaltar algo en lo que Dickens es un maestro: los personajes. Es increíble cómo, con la cantidad de ellos que aparecen a lo largo de la novela, te acuerdas perfectamente quién es quién mientras estás leyendo. Están tan bien definidos, son tan extravagantes, tan peculiares, cada uno con su forma de hablar, que te enamoras de ellos sin darte cuenta. El alocado Micawber, la pequeña Emily, la tía Betsy, la adorable Agnes… todos cobran vida dentro del libro.
Quizá a muchos de vosotros os dé pereza empezar a leer David Copperfield porque es un tocho de mil páginas y parece un poco coñazo. Nada más lejos de la realidad. Su lenguaje es sencillo, sin muchas descripciones ni florituras, y las páginas vuelan una tras de otra. Es más, lo recomendaría sin dudarlo para comenzar con Dickens. Es, simplemente, maravilloso.
Ojalá hubiera leído este libro mucho antes. Ahora mismo me devoraría todas las novelas de Dickens (las que están traducidas, que por desgracia no son todas) sin pestañear. Doscientos años después sigue siendo un autor tan grande como lo fue en su época. Sólo me queda decir una cosa: Leedlo.
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Título: David Copperfield
Autor: Charles Dickens
Editorial: Alba
EAN: 9788484286783
Págs: 1027