Revista Infancia

David: el niño zen.

Por Anaperezllinares
David: el niño zen.
En mis dos últimas visitas al parque con mi chiquitín, he descubierto algo de el que me ha maravillado...
Tenemos la suerte de tener al lado de casa un parque enorme donde, además de columpios, tiene una montañita con un montón de árboles y plantas y un jardincito árabe lleno de fuentes que a David le vuelve loco.
En general, cuando llegamos al jardincito, se dedica a tirar piedrecitas en las fuentes y a correr arriba y abajo, pero estos dos últimos días hemos descubierto una cosita que le encanta...
Hay un montón de piscinitas alineadas con muchos chorritos cada una. Me siento en el bordillo de la primera de ellas, mirando en dirección al resto y David se sienta encima recostado sobre mi, me pide el pipo, empieza a enrollarme un mechoncito de pelo y se pasa entre diez minutos y un cuarto de hora absorto mirando las fuentes y escuchando el sonido de agua. Ah!! y de cuando en cuando, pega su mejilla a mi cara para que le de besitos!!
Me resulta asombroso como un niño tan activo e inquieto como David es capaz de desconectar y quedarse tan relajado y a gusto escuchando el sonido del agua, los pajaritos...
Me encanta que mi pequeñin disfrute de estas pequeñas cosas, que sepa apreciar la belleza, la tranquilidad y el silencio. En un mundo en el que parece que estamos perdiendo la capacidad de la contemplación, en el que disfrutar un ratito de la tranquilidad y de la naturaleza parece que sea perder el tiempo, es bueno tener al lado a una personita que nos recuerde que a veces son necesarios estos momentos de desconexión para recargar pilas y disfrutar plenamente de aquello que nos rodea.
Y estoy muy orgullosa de que mi niño no necesite de grandes cosas para entretenerse y pasarlo bien...continuamente me encuentro con niños que solo parecen disfrutar entre el bullicio de los parques de bolas y los centros comerciales. Y me parece una pena...
Así que, siempre que nos sea posible, haremos una escapadita por la mañana al jardincito de las fuentes...tempranito, cuando apenas encontramos a nadie, para poder disfrutar de nuestra mutua compañía en un ambiente tan relajado y bonito.

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