En Twitter ya es casi habitual ver cómo un personaje famoso mete la pata. Depende de la profesionalidad del mismo saber arreglar el entuerto pidiendo unas sobrias disculpas o llevarlo a más ejerciendo de abogado del diablo y teniendo que cerrar la cuenta al final, como ha pasado en numerosas ocasiones.
En esta ocasion la metedura de pata ha rozado a Samsung y su campaña para el recién estrenado Galaxy IV. Resulta que el tenista profesional español David Ferrer (sí, ese con el pronto tan repentino), era una de las figuras encargadas de promocionar el nuevo smartphone de Samsung. Lo típico: “Te pagamos 5000€ si pones un tweet bonico de nuestro móvil y te sacas unas fotos con él“. No podía ser un trabajo difícil… o sí, ya que este es el resultado:
Posteriormente el tweet procedió a eliminarse y se publicó uno igual con el dispositivo que debía ser en primer lugar. Dudo que esto suponga ningún varapalo para la ambiciosa campaña de marketing que está realizando con protagonistas con mucho peso en los medios y redes como el tenista alicantino o su compañero Nicolás Almagro, pero hace perder la credibilidad de personajes famosos como figuras publicitarias por “hacer las cosas por hacerlas”, si mostrar un mínimo de interés.
Recordemos que este no es el primer incidente similar que ocurre, pero tenía que existir una versión española. Ya pillaron a la omnipotente Oprah Winfrey recomendando un Microsoft Surface (las nuevas tabletas de Windows 8) desde un iPad. También sorprendieron con el carrito de los helados a Alicia Keys promocionando Blackberry desde un iPhone.
Los famosos también son humanos y cometen errores, pero por el preciso motivo de que tienen más ojos fijados en ellos que una persona normal, deberían medir más sus movimientos. Con estos pequeños incidentes se comprueba la magnitud de los actos que tiene la gente popular.