Corría un 6 de abril de 1987. Aparentemente un día normal para la familia Guerrero Guevara. David, llegó por la tarde con su hermano del colegio y merendó un yogur. Estaba nervioso, a la vez que contento. Orgulloso por que un cuadro suyo -el rostro del Cristo de la Buena Muerte- estaba expuesto en la sala de arte de donde él era alumno. Además iba a ser entrevistado por un medio de comunicación. Salió de su casa a las 18:40 aproximadamente. Como cada tarde, tomaría el autobús que le llevaría a la sala de arte ‘La Maison’ donde la exposición estaba dedicada a la Semana Santa. Iba solo pero su padre lo recogería a la salida, sobre las 21 horas. Pero aquel día David no llegó a dicha galería.
La ciudad se volcó en la búsqueda del chico. Fue interrogado el conductor del autobús que debería haber tomado, pero no lo vio, aunque en el trayecto de casa a la parada del bus no vue visto por nadie, desapareció, sin más. Incluso la ciudad de Málaga estaba especialmente vigilada. Agentes de policía venidos de otros puntos de España estaban en aquellos días en la ciudad andaluza, debido a que la reina Doña Sofía se encontraba de visita institucional, precisamente aquel día que justamente, debía pasar con su comitiva cerca del domicilio del joven pintor, por lo que el secuestro -una de las líneas de investigación que siguió la policía- se tomó como una opción poco probable, además por que nadie pidió un rescate. La otra alternativa era la huida voluntaria, pero el entorno del muchacho y su propia personalidad no encajaban con esta posibilidad. David, contaba con 13 años de edad el día en el que desapareció. Era un chico introvertido, con un fuerte apego al hogar familiar. Su círculo de amistades se cinscunscribía únicamente a chicos que como él, eran aficionados a la pintura.
David destacaba sobre ellos. Tenía un talento especial para el dibujo, por lo que se sospechó que alguien pudiera engatusarle, con el fin quizás, de pintar para él o alguna organización criminal dedicada a la falsificación de obras de arte. Esta posibilidad cobró fuerza tres años después de la desaparición, cuando una trabajadora de un hotel malagueño encontró una nota manuscrita en una habitación que limpió: “David Guerrero. Huelin”, se leía en la servilleta. La policía cotejó esta información con los últimos dibujos que hizo el niño pintor, conretamente caricaturas de un hombre desconocido, que podría corresponder con un suízo de 70 años de edad, aficionado a la fotografía que pasaba temporadas en la Costa del Sol. Diversos agentes españoles se desplazaron hasta el domicilio de aquel hombre, pero descubrieron que había fallecido. Su viuda, sin embargo permitió que registraran la casa, los archivos y demás pertenencias de su marido. Pero no dieron con ninguna pista que pudieran relacionarlo con David.
Se siguieron otras pistas sobre posibles avistamientos del niño pintor. En Portugal, Ibiza, Almería, Marruecos, Venezuela, México, cercanías del monasterio de Montserrat, Francia, Extremadura, Holanda. También las visiones de videntes fueron aceptadas, pero todas llevaban a un callejón sin salida.
Además, la policía tomó muestras de ADN de la familia de David para cotejarlas con futuros cadáveres encontrados que pudiera relacionarse con él, como ocurió en una ocasión. Nada. Resultado negativo.
El caso sin resolver de David Guerrero Guevara es uno de los más enigmáticos ocurridos en nuestro país. A pesar del tiempo transcurrido, sigue estando en nuestra memoria la imagen de aquel niño que un día desapareció, sin más.
Fuentes:
http://www.diariosur.es/v/20130512/malaga/caso-nino-pintor-anos-20130512.htmlPrograma ‘La Mañana’. Emisión 23-11-2013. RTVE http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-manana/manana-caso-resolver-paso-david-guerrero-guevara/2181881/Programa ‘Detrás de la verdad’, 13tv https://www.youtube.com/watch?v=8UdnW8mmnPM