Revista Sociedad
El Foro Económico Mundial de Davos y el Foro Social Mundial, suponen todo un contrapunto en la forma de mirar la política económica: feroz neoliberalismo y propuestas alternativas de izquierda.
La reunión de este año en Davos no nos ha aportado ninguna novedad especial. Todo era previsible. En todo caso, la vuelta al Foro de algunos consejeros delegados y presidentes de los grandes bancos internacionales que en los últimos dos años estuvieron ausentes. ¿Quizás por vergüenza torera?
Destacar las duras palabras del presidente del FEM, Klaus Schwab sobre el paro juvenil en España.
Las tendencias ya las conocemos. Europa y Estados Unidos, con propuestas económicas diferentes. Europa con el único objetivo de reducir el elevado endeudamiento público. Estados Unidos, apostando por impulsar su actual crecimiento sin reducir el gasto y a costa de no poder bajar su ingente déficit fiscal.
Mientras, China e India, siguen con un vertiginoso crecimiento. Dos velocidades distintas entre los países desarrollados y los emergentes. China con una previsión de crecimiento del 9,6%, Estados Unidos con el 2,5% y la Unión Europea con un 1,5% de media.
Sin embargo, la preocupación máxima que los divinos de Davos deberían tener es la "crisis alimentaria" que se avecina con la subida brutal de los alimentos y de las materias primas. Subida que dará lugar, ya está dando, a levantamientos sociales. ¿Qué es lo ocurrido en Tunez y Egipto estos días sino estados prerrevolucionarios de ciudadanos impelidos a la pobreza y a la inanición por la codicia de sus gobernantes?
Sin embargo, esta preocupación no se concreta en la adopción de ninguna medida que suponga para las empresas un control mayor de sus movimientos especulativos. Tampoco se ha avanzado en esa lujosa ciudad de Davos sobre la implantación de un Impuesto de Transacciones Financieras, promesa tantas veces incumplida.
Mientras, ya empiezan los preparativos para el Foro Social Mundial que este año se celebrará entre el 6 y el 11 de febrero, en Dakar. Aquí es donde podemos encontrar algo de más esperanza porque es donde convergen los movimientos sociales y las organizaciones políticas progresistas. Contrapunto esencial contra las políticas neoliberales del FEM.