Lugar: Universidad Complutense. Madrid
Fecha: 10 septiembre 2016
Asistencia: 15.000 personas
Artistas Invitados: Bunbury, Love of Lesbian, Kodaline, Zara Larsson, Mark Ronson, León Benavente, Eagles of Death Metal, Jungle, Belako, Nothing but Thieves...
Bunbury y Love of Lesbian apuntalan un DCode tan variado como irregular
El Dcode Festiva es ya una cita clásica para despedir al verano en la ciudad. Más aún desde que podemos ir con los niños (que entran gratis hasta diez años) por la mañana y disfrutar de un sábado diferente, repleto de música para ellos y para nosotros. Y como este año se han vendido casi 10.000 entradas menos que en 2015, lo cierto es que el público estuvo mucho mejor (malo para la organización, una bendición para los asistentes, que disfrutan de las instalaciones sin agobios y con una buena comodidad).
Y bueno, pues que tiene su punto 'madrugar' para ir a concierto de Petit Pop a las 11:30 de un día soleado para cantar eso de 'Queremos chuches' o 'Llévame a los hinchables' a ritmo de pop rock guitarrero, ska y punk. Una buena forma de compartir la música en vivo tratando a los niños como adultos y con los adultos no sintiéndose ultrajados.
Y es que así cogía velocidad un festival en el que, mientras los niños correteaban de un lado para otro, toma el escenario la contundencia de Nothing but thieves y la musculosa pegada de Belako. Dejad que los críos se acerquen a la música en directo así, sin concesiones. Y que toquen las trompetas, las maracas y las panderetas en la zona Minimúsica, que se convierte en una demente fiesta sin orden pero con mucho improvisado concierto.
Las obligaciones de la 'vida real' nos alejan de León Benavente y todo lo que vino después hasta que conseguimos regresar, ya sin niños, para darle zapatilla al sábado a ritmo de Eagles of Death Metal, que desgranan sus temas más populares y se llevan de vuelta una calurosa ovación del público, que en todo el mundo les ha cogido cariño después de los trágicos atentados de noviembre del pasado año en París (no recordaremos los motivos, ya los sabemos todos). 'I love you all the time' es buena muestra de la camaradería que se genera en torno a ellos.
Zara Larsson pone al gentío a bailar sin solución de continuidad, antes de uno de los momentos más esperados con la actuación de Love of Lesbian, que ni han parado ni tienen intención de parar, presentando sin descanso su último disco, 'El Poeta Halley', con temas tan coreados como 'Bajo el volcán'. Y montan un buen karaoke con otros añejos como 'Los seres únicos', '1999', 'Belice', 'Algunas plantas' y 'Club de fans de John Boy'. Una hora certera y más que bien atada para uno de los grupos más en forma del panorama patrio.
En el escenario anexo Kodaline desgranan los temas que les han hecho ciertamente populares entre la chavalería, con su emotividad e intensidad en plan los Coldplay de antes. Congregan a bastante público, aunque al mismo tiempo en el otro escenario ya se agolpa una buena mayoría esperando al verdadero plato fuerte del día, que no es otro que la actuación de Bunbury, en su concierto de mayor aforo en Madrid en su 'Mutaciones Tour'.
Porque después de actuar en el Teatro Real a finales de julio y de hacer un concierto 'privado' esta misma semana en el Teatro Barceló, el gran público tenía su oportunidad de verle justo en la última fecha española de su actual gira, que regresa ahora a Estados Unidos y México antes del final definitivo a finales de octubre.
Concierto de grandes éxitos el del aragonés, con un repertorio adaptado al minutaje recortado de lo que vienen siendo sus propios conciertos. Temas propios como 'El club de los imposibles', 'Infinito', 'Porque las cosas cambian', 'Que tengas suertecita', 'El extranjero', 'El hombre delgado que no flaqueará jamás' y el cierre con 'Lady Blue' compartiendo protagonismo con canciones recuperadas de su época en Héroes del Silencio.
Hablamos de 'Iberia sumergida', 'El camino del exceso', 'Mar adentro' y las abrumadoramente coreadas 'Avalancha' y 'Maldito duende', con Enrique Bunbury adentrándose en el público y arengando para cantar más y más alto uno de los clásicos básicos del rock patrio. Todo muy ensamblado, con una banda que es una versátil y solvente maquinaria, un cantante pletórico y rebosando de carisma, y un público entregado a la causa con irrefrenable vehemencia. Un gol total.
Quedaba noche todavía, pues el DCode ofrece en total 18 horas de música, desde las 11:30 del sábado hasta más allá de las 5 del ya domingo (oh, Mark Ronson, que tarde te pusieron, pena). Pero de nuevo las responsabilidades familiares nos sacan de la Universidad Complutense y nos devuelven a la 'vida real'... aunque hay tiempo para una parada a medio camino en el Mala Vida de Campamento y pedir al dj todas las canciones posibles de Héroes del Silencio. Es lo que toca, es lo que nos congregó y es lo que nos llevamos dentro.