Y no es un coche. Es la Chiquinina. Qué carácter. A veces está feliz y contenta, puede ser en brazos o en la hamaquita jugando con algún sonajero, cuando de repente de cabrea y se pone a chillar.
A veces es porque se le ha escapado el sonajero en cuestión. En ocasiones es porque nos ve salir de la habitación y dice “eh, eh, majetes, a dónde creéis que vais sin miiiiiiiii???”. Y hay otras veces en que no sé que le pasa, cualquier cosa que le ha molestado y que para mí ha pasado inadvertida, supongo. El caso es que en cuestión de segundos y sin verlo venir saca el genio.
Así que es muy buena y muy tranquila, pero de vez en cuando madre mía, me hace temer cuando llegue la época de las rabietas.
Hay que decir en su favor que también es muy dulce, y es especialmente risueña y “comprensiva” con su hermano. Cuando está tomando o cuando la acunamos para que se duerma, como escuche la voz de su hermano o le vea, a la porra. Ya no quiere ni comer ni dormir, sólo observar lo que él hace. Y alguna vez incluso, si a todo esto el Chiquinini sale de la habitación, le pega un bocinazo para que no se vaya.
Sólo tiene cinco meses y ya está idolatrando a su hermano.Todo lo que haga él le parece bien. Le sonríe el doble que a mí.
Y eso que él no la acuna, ni la baña, ni le cambia pañales, ni ná de ná.
Y el Chiquinini por su parte, la trata con mucho cariño. Bueno…vale... a veces no tanto; a veces es un poco brusco y le pega unos zarandeos…( que a ella incomprensiblemente le gustan) . Y se preocupa por ella.Y le canta a grito pelao cuando llora y yo no puedo cogerla en ese momento. Me encanta.
Ains, voy a buscar un Colhogar para mis babitas.