+ DE 1001 FILMS: 1019 - Dead ringers

El siempre inquietante David Cronenberg volvía a retratar en Dead ringers (Inseparables, 1988) la fragilidad de la materia orgánica que da forma a la raza humana, desarticulada sinrazón de la descomposición física, y por tanto ética y moral, del hombre y su prudencia.
En un par de capítulos a modo de prólogo asistimos a sendos episodios de la desordenada infancia en su natal Toronto, 1954, y posterior etapa estudiantil en Massachusets, 1967, de los gemelos Beverly (Jeremy Irons) y Elliot Mantle (Jeremy Irons), con un brillante futuro gracias al retractor ginecológico de su invención. Instalados de nuevo en la ciudad canadiense, en el hoy de 1988, los hermanos Mantle se han convertido en unos afamados médicos especialistas en tratar la infertilidad femenina y en unos estetas refinados en el juego de la suplantación, en aprovecharse sexualmente de la confianza de las pacientes, como en el caso de Claire Niveau (Geneviève Bujold), desamparada actriz de fantástico útero trifurcado, cuya entrega sincera se incomoda ante la doble pornografía mental. Rotos los lazos sentimentales, asistimos a la decadencia simétrica, univitelina, de quienes fueron uno en la concepción y no aceptaron la ulterior división.
Cronenberg nos mostrará las debilidades o frivolidades de uno u otro, impecable Irons por partida doble, reflejadas en un espejo, a un ritmo impecable, y nos sumergirá en un mundo onírico y terrorífico, de instrumental quirúrgico para operar a mujeres mutantes, delirantes pinzas y tenazas de acero propias de una(s) mente(s) trastornada(s) que se ensañan en focalizar toda nuestra tensión en la región pélvica, de inaguantables rituales de bermellón, pesadillas de siamesa separación, muy complejas y narcóticas relaciones.Reafirmación y deterioro de la nueva carne de un director de culto, maestro del miedo cerval, que comenzó la década de 1980’s con Scanners (Scanners: Su sólo pensamiento podía matar, 1981) y la cerró con esta magnífica Dead ringers, promocionada como: dos cuerpos, dos mentes, un alma.

Dead ringers (Inseparables, 1988)
En el libro 1001 películas que hay que ver antes de morir (Editorial Grijalbo) se detallan 3 títulos de D. Cronenberg: Videodrome (1983); The fly (La mosca, 1986) y Naked lunch (El almuerzo desnudo, 1991).