Revista Cine
En la década de 1970 el cine había entrado en las casas y no era raro encontrar en el hogar de una familia occidental de clase media-alta una cámara de Súper 8, aparato doméstico de fácil manejo y muy capaz de inocular el gusanillo de la dirección en cualquier joven con iniciativa propia e imaginación desbordante. Con la llegada poco después del reproductor de cintas de video, el amante del séptimo arte podía descifrar el montaje de su secuencia favorita, revisar una y otra vez sus escenas predilectas, memorizar los diálogos más impactantes. Muchos de aquellos aficionados se revelaron, con el tiempo, en directores de cine poco convencionales, en un principio, pero de gran aceptación pública final. El caso del neozelandés Peter Jackson no es el único, pero si uno de los más sobresalientes.
Con escaso presupuesto (11.000 $), en 16 mm. y echando mano de los amigos -el reparto es prácticamente masculino: las únicas féminas acreditadas lo hacen con disfraz-, Peter Jackson se lanzó a rodar un corto de sangre y risas llamado Roast of the day que se prolongaría durante los fines de semana de 4 años y terminaría por convertirse en una de los pilares más sólidos del cine gore: Bad taste (Mal gusto, 1987). Film de culto juvenil, Bad taste es la delirante invasión alienígena que sufren los habitantes de Kaihoro por parte de los gourmets responsables del Crumb's Crunchy Delights, interestelar cadena de comida rápida, que, convenientemente disfrazados de humanos, han venido en busca de nuevas materias primas y han encontrado un bocado exquisito en la carne sin grasa de los terrícolas, y la lucha con los cuatro exterminadores del Alien Investigation and Defense Sector (AIDS -irreverencia en mitad de la tragedia del VIH-), grupo gubernamental no paramilitar que habrá de rescatar a un despistado cobrador que se ha colado en la zona protegida de paso que salvan a la ignorante humanidad. Reservándose un par de papeles protagonistas (el bobalicón jefe del escuadrón, Derek, que ha de ponerse una cinta en la cabeza para sujetarse, literalmente, los sesos, y el extraterrestre Robert, que no le hace ascos a una buena cucharada de masa encefálica), Peter Jackson demuestra una desvergüenza y falta de sentido del ridículo unidas a un torrente de ideas como no se habían visto desde los tiempos de Edward D. Wood Jr. Si delirantes resultan el final con la motosierra -con homenaje a Stanley Kubrick- y los impactos de bala no lo son menos la utilización del teclado de una calculadora de bolsillo Casio como parte de un armamento sofisticado, el automóvil conducido por The Beatles o los trajes de goma que muestran el verdadero aspecto del depredador espacial. Tal barbaridad y festín se encuadraba en la corriente de los muertos vivientes de George A. Romero y en el sub-subgénero denominado splatstick: unión de la violencia gráfica (splatter) con la bufonada (slapstick).
En la era del video, juntarte con los amigos a disfrutar de unas cervezas y unas pizzas y abrir un estuche que guardase en su interior una copia de Bad taste, o de cualquiera de los dos títulos siguientes que filmaría Jackson: Meet the Feebles (El delirante mundo de Los Feebles, 1990) o Braindead (Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro, 1992) era asegurarte un par de horas de goce (su autor dijo hasta la extenuación que su película no estaba concebida para asustar, sino para hacer reír). Con el advenimiento del DVD el cine descubrió que un film tenía una larga vida fuera de las pantallas, y las compañías estiraban el éxito de sus blockbusters más freaks más allá de toda razón. Uno de los títulos que mejor representan esa época de derroche es The lord of the rings film trilogy (Trilogía El señor de los anillos, 2001-2003) la adaptación del mundo de hobbits y elfos del profesor Tolkien por... Peter Jackson. Quién le iba, nos iba, a decir que detrás de Bad Taste se encontraba un corredor de fondo estratega y olímpico. Pero eso sería en el XXI. En el final de la era Reagan, sólo te preguntabas como terminaría el vuelo de la casa, si Derek lograría exterminar al planeta entero. Y volvías a darle al play.
Bad taste: hilarante, un banquete no apto para sibaritas ¿Basurascope? ¡Como si nadie hubiese disfrutado de una hamburguesa bien rebosante de ketchup en McDonald's!
Bad taste (Mal gusto, 1987)
En el libro 1001 películas que hay que ver antes de morir (Editorial Grijalbo) se detallan 2 títulos de P. Jackson: Heavenly creatures (Criaturas celestiales, 1994) y The lord of the rings film trilogy (Trilogía El señor de los anillos, 2001-2003)*.
* Antes del reconocimiento al conjunto se recogían, en diferentes ediciones, los títulos de las partes: The lord of the rings: The fellowship of the ring (El señor de los anillos: La comunidad del anillo, 2001); The lord of the rings: The two towers (El señor de los anillos: Las dos torres, 2002) y The lord of the rings: The return of the king (El señor de los anillos: El retorno del rey, 2003).