Título original: Acciaio
Autora: Silvia Avallone
Nº de páginas: 368
Editorial: ALFAGUARA
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788420475004
Traductor: Carlos Gumpert Melgosa
Fecha de lanzamiento: 26/07/2011
Idioma original: italiano
Sinopsis:
Una novela que enseña a los jóvenes el valor del sexo y la amistad, y a los adultos, quienes son verdaderamente sus hijos.
El Mediterráneo, la luz, la isla de Elba al fondo... Y sin embargo, en la ciudad industrial de Piombino tener catorce años no es fácil. Si tu padre se parte la espalda en las acererías que proporcionan pan y desesperación a media ciudad, lo máximo que puedes desear es una tarde en la playa, o tener un hermano que sea el jefe de la pandilla. Lo saben bien las inseparables Anna y Francesca.
Cuando el cuerpo empieza a cambiar no hay alternativa: o te escondes y te quedas fuera, o usas con violencia tu belleza y confías en que te ayude a ser alguien. Ellas lo intentan, convencidas de que para sobrevivir basta con luchar. Pero la vida es feroz. Y cuando llega el amor, las pocas certezas se pierden, y hasta la amistad duele.
Opinión:
Impresión: Decadencia
Normalmente, dejo pasar un par de días después de mi lectura, luego elaboro una lista con los puntos más importantes que quiero tratar y finalmente, la redacto. No suelo escribir reseñas en caliente, y mucho menos sin guion, pero hoy no me siento de humor para hacer nada más que no sea redactar esta reseña. El libro que os traigo hoy me ha impactado tanto, que necesito ya mismo poner esas emociones en palabras, antes de que se diluyan con el tiempo.
Empezar diciendo que esta novela no es para mí y aun así, me ha encantado. Creo que nadie que me conozca me la hubiera recomendado. Si la leí fue debido a que malinterpreté tanto la portada (parecen dos androides) como la sinopsis, por lo que pensaba que estaba ambientada en un mundo fantástico steampunk. Nada más releer la sinopsis y empezar las primeras páginas me di cuenta de mi error.
Resumir la trama y los temas que trata la obra es sencillo. Es una novela costumbrista que retrata los suburbios de Italia, lugar en el que viven dos amigas que están a un paso de entrar en la adolescencia. Entre los temas que toca, cabe destacar la prostitución, la identidad sexual, el autodescubrimiento, el mundo de la ilegalidad, el primer amor, la amistad, las relaciones tóxicas y la industrialización. Lo que no me parece acertado es que en la contraportada se insinúe que es una obra para jóvenes y adultos. Aunque los protagonistas sean adolescentes, no apela a ellos ni se sentirán identificados, claramente es una obra adulta.
En un ejercicio de crítica social, la autora nos retrata los recovecos más oscuros de la bela Italia, aunque en realidad podría estar hablándonos de los barrios más marginales de cualquier país. Hay gente que ha leído esta novela y ha criticado que los italianos no son todos así, que es todo muy exagerado y que hay italianos muy majos. No lo dudo, pero barrios como los que describe la autora existen, los he visto. Os hablo de barrios sucios por el humo de las fábricas y la degeneración de sus moradores, olvidados por el estado y la ley. La basura se acumula en las calles, los parques infantiles huelen a óxido y orín y las casas no son más que bloques de cemento apilados una encima de otro como las celdas de una colmena. Los hombres, brutos, zafios, trabajan de forma mecánica en fábricas, tomando una raya de vez en cuando para soportar el tedio, dilapidan el sueldo en bebida y mujeres y traen dinero a casa trapicheando con substancias ilegales o traspasando la ley. En su hogar les esperan mujeres sumisas y atentas, que dejaron embarazadas a los dieciséis, y cuyos días se pierden en la rutina de esperar a sus maridos, cotillear entre ellas y cuidar tanto de la casa como de los hijos. Estos últimos van a la escuela solo para calentar la silla, hasta que se consideran lo suficientemente mayores como para beber, fumar porros, organizar fiestas salvajes e ir a locales de alterne. Las chicas pierden la virginidad a los catorce y la mayor aspiración que tienen en la vida es convertirse en actriz de televisión, aunque la mayoría se conforma con quedarse embarazadas y que el otro quiera casarse con ellas y mantener al niño. Este es el ambiente en el que nos mete de lleno la autora, y es la mejor manera que tengo para describiros tanto a la mayor parte de los personajes que pueblan las páginas y como el contexto que los constriñe. La autora incluye incluso la excepción a la regla, Helena, porque entre tantos cardos siempre surge una margarita de tanto en tanto, alguna persona libre del determinismo que sujeta a todos los personajes.
«¿Qué significa crecer en un conjunto de cuatro colmenas, desde las que llueven trozos de balcón y de amianto, en un patio donde los niños juegan junto a chicos que trafican y viejas que apestan? ¿Qué clase de visión del mundo te formas, en un lugar donde lo normal es no marcharse nunca de vacaciones, no ir al cine, no saber nada del mundo, no hojear lo periódicos, no leer libros y que no pase nada?»
Pese al sórdido entorno que acabo de describiros, la autora logra mostrárnoslo desde el punto de vista de aquellos que viven ahí, y cómo ellos lo ven como algo natural e incluso deseable. A nivel cultural, la obra me ha parecido muy interesante, pues ha logrado que tenga una perspectiva distinta de la realidad. Creía que si a esta gente le dieran la oportunidad de cambiar, de conseguir algo que yo considero mejor, la aceptarían sin más, pero no es así en absoluto. Se burlan de los "ricos" y en cuanto alguien consigue dinero suficiente como para vivir entre lujos, lo despilfarra rápidamente y pronto se ve en la misma situación de antes.
Esto último es muy importante, esa falta de capacidad de redención, pues estoy acostumbrada a ver en literatura al chico malo que se redime al salir del mundo de las drogas/escapar del padre maltratador/encontrar el amor de su vida. Hay gente que adopta una actitud, y tiene la oportunidad de cambiar (El décimo círculo), pero otros están demasiado envenenados por su ambiente. Un "chico malo de verdad" se aprovecharía de la cándida protagonista y luego la dejaría como un trapo sucio. La obra no pretende criticar a esta gente, al contrario, trata que los comprendamos, y la autora logra muy bien ponernos en su piel.
Como podréis imaginar, estamos ante una obra de personajes, por lo que poco puedo deciros de ellos sin desvelaros todo el contenido del libro. Conoceremos en profundidad dos familias que se diferencian en los matices. Por una parte, está Francesca, la rubia, que vive bajo la sombra de un padre controlador que las maltrata a ella y a su madre, una mujer sumisa. Por otra parte está la familia de Ana, la morena, formada por un padre sinvergüenza metido en diversos negocios ilegales, Alessio, hermano de Ana, un joven calavera que trabaja en la fábrica y la madre, sindicalista, pero incapaz de abandonar a su marido. Todos están tratados con gran profundidad y aunque la narración es en tercera persona omnisciente, se siente como si estuviera en primera.
No puedo estar de comentar lo interesante que es la relación de amistad entre Ana y Francesca. Me ha fascinado ver cómo dan ese paso de la infancia a la adolescencia, cómo empiezan a ser conscientes de su propia identidad, a autodescubrirse y enfrentarse a sus primeras veces en el mundo de los adultos. Es cierto que solo tienen trece años y que se las sexualiza mucho, pues solo son vistas como objeto de deseo, y así es como se sienten, pero es natural teniendo en cuenta el entorno en el que viven. Por otra parte tanto su comportamiento como su actitud como su forma de expresarse me parecen propias de la edad que tienen y el contexto que las rodea. Las únicas pegas que puedo poner es que ambas son casi indistinguibles la una de la otra en cuanto a carácter y que el diseñador de la portada no se había leído la novela (las llaman "la rubia y la morena" multitud de veces).
Uno de los puntos en los que flojea más es la trama, puesto que no sucede absolutamente nada, más allá del día a día de ambas familias, con sus constantes disputas y el hecho de que ambas protagonistas vayan entrando en la adolescencia, con todo lo que eso implica. Es lenta, pero no sea hace larga, y una trama sólida sólo hubiera contribuido a desdibujar el mensaje. Además, la construcción de la novela es magnífica y el penúltimo capítulo, pese a saber lo que va a ocurrir, es tensión pura. Es la tensión de cuando te subes a una montaña rusa y sabes que bajará de un momento a otro.
A eso hay que añadirle que la novela es sutil y está llena de escenas que rozan el erotismo. Pese a que la autora podría describirte la crudeza del mundo en el que viven as protagonistas de forma gráfica, hay muy pocas escenas de sexo y violencia que sean realmente explícitas, pues la autora prefiere contarlo mediante sutilezas o por medio de otros personajes. El lenguaje usado en los diálogos, los pocos que hay porque es más una novela de monólogos internos, es realista, pero sin ser excesivamente sucio. No hablan de forma refinada y sueltan tacos de tanto en tanto, pero son más malhablados los personajes de Megan Maxwell que estos. En general, la prosa me ha parecido cargada de lirismo, al estilo de Nabokov. Además, juega muy bien tanto con los tiempos verbales como con el uso de la tercera y la segunda persona para hacer más inmersiva la experiencia, así como la manera brillante en la que enlaza los puntos de vista.
En conclusión, una novela más que recomendable si buscas una lectura de carácter más maduro y reflexivo. Es una obra pausada, con poca trama y muy de personajes, que retrata muy bien los barrios marginales y logra que te pongas en la piel de sus habitantes, hasta que comprendes sus motivaciones y la actitud desafiante que tienen ante la vida. Mediante dos jóvenes, ilustra ese paso de la infancia a la adolescencia con gran acierto y explora con lirismo y sensualidad el primer amor, la amistad y el autodescubrimiento. Me he llevado una muy grata sorpresa. Aun no comprendo muy bien por qué me ha gustado tanto, teniendo en cuenta que no se asemeja a nada de lo que suele gustarme. Quizás están cambiando mis gustos o quizás sea yo la que esté cambiando
Cosas que he aprendido:
- Comprender mejor a la gente de barrios marginales.
- Cohesión de puntos de vista.
Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:
PUNTUACIÓN...4'5/5!
Primeras Líneas...