Pues si, éste año ha sido, está siendo, tremendo en cuánto a la falta de tiempo, no me cunde nada, por suerte para mí, vivo junto a mis rosas, pero, lo cierto es, que salvo los cinco minutos de rigor de cada mañana (lo que tardo en tomar esa taza de café que me acompaña) no he podido disfrutar de ellas a penas :(
A pesar de todo, o quizas por ello, la vista se me desvía de continuo al jardín y tengo tantas ganas de ver las pocas fotos que voy realizando, y compartirlas, por lo que, aqui os muestro.
Un ejemplar de centifolia musgosa que cumple su tercer año, con un crecimiento rapidísimo, siendo sano y florífero, lo que hace que aún con su única floración reslulte un estupendo ejemplar, desde que saca sus preciosos capullos hasta después de que cada pétalo caiga...
Un color del vino, llenísimas sus rosas y con un intenso perfume, que a penas puede tirar con fuerza por los ejemplares que tiene cerca y le quitan el sol... Tom Wood ¡que agradecido!
El incondicional Golden Celebration, el primero en sacar esos amarillos con intenso rosado y que al abrir se intensifica en amarillo huevo empaliceciendo poco a poco, es el primer año que ha tenido rosas bien erguidas, aunque acaban inclinándose, creando una composición encantadora.
Tiene de vecino un ejemplar de Strawberry Hill, que aunque se comporta mas como un trepador, se complmenta de maravilla, ese olor a talco picante me tiene fascinada, y en este año he descubierto que a veces crea el típico botón de cuartos ;)
Al otro lado de Golden está plantado un Abraham Darby que ya el año pasado se desmelenó haciéndose gigante, cosa que me preocupó a la hora de la poda, pues las ramas ya son sólidas algunas con un grosor tremendo, y su genética de trepador definitivamente, en mi ejemplar es lo que predomina.
Si bien, al igual que con el Golden, las rosas han aprendido a mantenerse erguidas (todo una odisea en éstas rosas tan enormes por cierto) las lluvias tormentosas también hacen que caigan ramilletes enteros, el milgro es que no partan las ramas.
Por último, noo, no es mi favorito, pero reconozco que su desarrollo ha sido el mas sorprendente, crepúscule, éste año sufrio una poda drástica y tardía, y creo que lo ha reflejado con una floración mucho menos espectacular que los dos últimos años de atrás, sin embargo, está mas ordenado y es controlable, cosa que en definitiva también es necesaria... dispone de mas espacio y se entremezcla con el celindo que tiene por vecino.
Y por hoy acabo con el ejemplar que he comenzado, el que aparece al principio de ésta entrada, Comté de Chambord, que esta temporada se está luciendo, plagadito, y cuyo aroma compite con el celindo que le acompaña, admiro esos pétalos nacarados tan delicados y a la vez resistentes, un portlan imprescindible en todo jardín de aficionados a las rosas... antiguas
"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.