"¡Que le corten la cabeza!" Pues sí, por esta contundente frase las dos le tenemos, desde nuestra más tierna infancia, una tirria tremenda a "Alicia en el país de las maravillas". Ya desde el comienzo de la película de Walt Disney, la única versión que hemos visto, la claustrofobia y la sensación de angustia se iban apoderando de nuestro ánimo... Pero el remate del tomate fue la Reina de corazones, fea como ella sola, pidiendo a grito pelado la cabeza de Alicia. ¡Qué ganitas de que terminara la película! Huelga decir que nunca le pusimos esa cinta a nuestros hijos de pequeños... Por eso, al toparnos con la cocina de abajo, ambientada para la celebración del cumpleaños de la niña de la casa, nos quedamos un poco impresionadas. Pero está claro que quiénes somos nosotras para cuestionar el valor histórico y literario de la novela de Lewis Carroll, en la que la película se basa, y que a tantas y tantas personas gusta y enamora. Por eso mismo, chapó a esta cocina, que nos ha servido de inspiración para buscar otras maneras de decorar con naipes.
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Nos quedamos con el Rey León y el Oso Yogui de uno de nuestros niños, que son bastante más amables que la Reina de Corazones. ¿Tenemos o no tenemos razón?