Por Luis Conde
De la noche melancólica de los
tiempos, en la época legendaria de la presunta Santa
Transición Democrática española, vamos desde 1977, antes
incluso de la Constitución consensuada esa, nos llega un
producto volante entonces casi subversivo entre el magma de
los tebeos del tardofranquismo: ¡MAKOKI!
Con un acierto de obligado
reconocimiento, la editorial Debolsillo del grupo Random House
Mondadori, pone en el mercado actual tan deletéreo, un
tomo recopilatorio de las míticas historietas del marginal
personaje, que surgió por chiripa en la revista Disco
Exprés el 24 de junio de ese año de 1977.
Por aquellos tiempos tan añorados
por muchos, el cómic y aún el cómix underground,
como derivaba el género “chungo” triunfante, eran
material asimilado entre la música rockera, de la que
formaba parte inseparable como otra parafernalia más. No
era, por tanto algo anómalo: el rock y el cómic eran
compañeros de viaje, de muchos viajes…
Pero el impacto entre la basca,
la chusma y el personal juvenil de entonces, fue anonadante.
Que se contara con tanta desfachatez la vida y milagros de
un fugado de frenopático, lo que todavía se llamaba
vulgarmente manicomio, era casi delirante. Felipe Borrayo lo
había creado como personaje literario en el fanzine
Claraboya en un relato titulado “Revuelta en el
frenopático”, que luego con los dibujos de Miguel Gallardo,
se convirtió en la primera entrega de la versión en
historieta.
Cuando el serial despega en Disco
Exprés, ya se ha incorporado como guionista Juan
Mediavilla, que junto a Gallardo, serán el tándem que
consagra la serie.
Una obra que abarcará 17 años y
seis volúmenes recopilatorios, que ahora se reúnen por
primera vez completos y sin censuras, además en un precio
asequible y un formato singular.
Los que se atrevan, descubrirán
un modo de narrar hoy desaparecido y unas historietas
geniales y llenas de hallazgos expresivos, con un
atrevimiento que aún resulta inconcebible. ¡Aquello si era
afán de libertad y auténtica comunicación!
Lo dicho, el libro una joya, un
fetiche imperdible y para conservar.