La historia de Juan y Santiago comienza de una manera muy particular: con un chiste. Cuando Santiago decide viajar hasta Uruguay en su Fiat 600 realiza la inspección técnica y recibe como respuesta “Podrías viajar hasta Alaska con el coche que no tendrías problemas”. Este chiste entusiasmó a los amigos hasta el punto que decidieron planear su cruce al continente de la mano de su viejo y querido “Fitito”.
Un sueño compartido
Con casi 34.000 seguidores en Facebook, está claro que el sueño de Santiago y Juan llegó a todas partes del mundo. Entrevistas en medios de televisión, encuentros con celebridades y una comunidad ansiosa por escuchar sus noticias, les dieron aliento y energía para continuar el camino.
“Cuando hicimos Facebook no teníamos idea en lo que se iba a transformar. Alcanzamos los 1.000 “Me gusta” y estábamos asombrados. De a poco se fue divulgando nuestra historia y llegamos a recibir hasta 1.200.000 visitas semanales, una cifra despampanante” cuenta Santiago.
Comienza la aventura
El factor que más sorprende de esta historia es la falta de planes y organización. Juan y Santiago comenzaron su camino apenas sabiendo algo de mecánica, sin tener un alojamiento previsto y utilizando como guía de ruta aquellos destinos que iban cruzándose en su camino hacia el punto más alto del continente. “Íbamos a comenzar por Brasil, pero no nos preparamos mucho, sólo sabíamos que nos dirigíamos al Norte, que todo iba a estar bien y que iban a pasar cosas muy lindas. También teníamos en claro que ibamos a recorrer muchos kilómetros en la Brasita de Fuego” comenta Juan haciendo alusión a su peculiar medio de transporte.
Los amigos que hicieron en el camino fueron una de las partes más importantes de la aventura. Los viajeros destacan que no habrían llegado lejos de no ser por la ayuda de tantos colaboradores. El alojamiento y la comida dejaron de ser motivo de preocupación cuando un centenar de personas se interesaron por su historia y se mostraron predispuestos a ayudarlos. “Si buscábamos hotel, hostel o cualquier tipo de alojamiento era porque valía la pena el descanso físico, y siempre nos inclinábamos por las opciones más económicas. Paramos en casas de familia, en casas de amigos que acabábamos de hacer, en casas de adolescentes o solteros/as”, cuentan.
Destinos increíbles en la ruta
A la hora de elegir el destino más increíble que visitaron, se debaten entre muchos lugares. “La península de Baja California, en México, es un lugar verdaderamente paradisíaco. Las playas de la Riviera Maya también son muy hermosas; Las Islas de San Blas en Panamá parecen tomadas de una postal; los Parques Nacionales en Costa Rica que pudimos ver ameritan sin duda una segunda visita. Ecuador también sorprende por su diversidad de paisajes, desde montañas hasta selvas y playas. En definitiva, a la hora de elegir un destino al que regresar no pensamos tanto en los escenarios, y si en las personas que nos gustaría volver a visitar” destaca Juan haciendo hincapié en la fuerza de los vínculos que los viajeros hacen en el camino.
Cumpliendo el sueño
Al llegar a Alaska no se olvidaron de la increíble cantidad de personas que los ayudaron en el camino, haciendo del sueño propio un sueño colectivo. “Fue muy lindo, en mi caso personal también senti una especie de alivio. Sentimos que ese “Llegar a Alaska” que habíamos tenido en mente por tantos días de repente se estaba haciendo realidad. Fue como el Poema Camino A Itacaré de Don Genero, que dice que el camino es más importante que la llegada al destino. La familia de seguidores que se había formado lo tomó con una alegría impresionante y pudimos sentir la alegría que muchos sintieron por nosotros” cuenta Juan, quién vivió la experiencia como una gran aventura compartida.
El legado de una experiencia única
Para continuar compartiendo su experiencia con más personas, Juan y Santiago ya se encuentran trabajando en lo que va a ser un libro que resume su viaje hasta Alaska. Las crónicas que llevaron durante su recorrido van ser seleccionadas para formar parte de una edición que documenta todos los sucesos de la aventura. Para acompañar las palabras de sus protagonistas los amigos van a incluir imágenes que ilustran el viaje, como su encuentro con el deportista argentino Manu Ginóbili y el polista Adolfo Cambiaso.