Según la RAE, la locución “en barbecho” se define como «Dicho de una tierra labrantía: Que no está sembrada durante un tiempo para que descanse».
No soy hortelana, ni siquiera tengo buena mano con las plantas pero este juego de las letras es, en cierta manera, como cultivar un huerto o un jardín. Las palabras son semillas que van creciendo a lo largo de las páginas para acabar fructificando en cada historia o poema, enraizadas con fuerza en ese terreno abonado que es nuestra mente, convenientemente irrigada. Un riego inadecuado las puede secar, si es insuficiente, o ahogarlas y pudrirlas si se produce en exceso o de forma desordenada, y a veces la tierra pierde cualidades y precisa un descanso para poder recobrar la fuerza antes de la próxima siembra. Es entonces cuando se queda en barbecho.
Por suerte, este barbecho mental no se corresponde con el que guardan los campos de labranza y, en ocasiones, apenas con un día o unas horas se regenera el sustrato necesario. Otra cosa son las cosechas, para las que demasiado a menudo hay que armarse de paciencia y un sofá muy cómodo.
Este peregrino desvarío surge a propósito de una tendencia a la desconexión neuronal intermitente que vengo sufriendo últimamente, culpable de la actualización irregular de estos rincones virtuales, de una atención insuficiente (y falta de comentarios) a vuestros propios rincones y de otras interrupciones cotidianas que no vienen al caso. Por esta informalidad sobrevenida, os pido disculpas. Os aseguro que intento organizarme (me suena haberlo dicho antes) pero siempre parece quedar fuera de mis capacidades.
En cuanto al sorteomencionado, se trata de la celebración del quinto cumpleaños del blog Carmen y amig@s. ¿La habéis felicitado ya? Con motivo del aniversario, Carmen sortea cinco golosos libros de la editorial dÉpoca (“El misterio de Gramercy Park” de Anna K. Green, “La señorita McKenzie” de Anthony Trollope y “El misterio del carruaje” de Fergus Hume, de este último 3 ejemplares) y aún estáis a tiempo de participar, pues el plazo termina el día 4 de abril. Yo voy a hacerlo, a ver si hay suerte. Y la sonrisa lobuna, aunque yo sea más de picardía vulpina, es para Ana Bolox, que ha tenido la ocurrencia (gracias por tu generosa locura) de premiarme con el Black Wolf Blogger Award y, además, por duplicado, ya que menciona este blog y Una casa conmuchas puertas y mi ventana al mundo. Y eso que no ha visto mi lado verdaderamente salvaje (aquí iría la risa malvada).
Gracias, Ana, muchísimas gracias por tenerme en cuenta, ¡tanto!, y por dedicarme esas palabras tan bonitas. Delicada, yo. Si lo ve mi madre se muere de risa. Si entro en una cristalería me confunden con el proverbial toro… pero esto va de lobos, así que adelante con el asunto.
Este premio implica contestar a cinco preguntas, nuevo desnudo virtual que llevaré a cabo aquí y ahora (ay, el barbecho arriba mencionado tiene más abandonada mi casa que la biblioteca, pero lo enmendaré), y premiar a otros quince blogs, tarea ardua a la hora de elegir entre tantos en los que me gusta perderme… cuando me lo permites, Tiempo, sí, sí, ya te he oído.
La inquisición, perdón, el cuestionario es el siguiente:
1. ¿Cuál fue el primer libro que leíste? “Miffy en el zoo”, de Dick Bruna. Mi memoria portentosa lo recuerda bien… o no, quizá sea solamente el hecho de que el libro y unos cuadritos copiados de sus páginas hayan estado por casa durante tiempo inmemorial. Quizá ni siquiera supiera leer cuando lo manoseé, así que tal vez no cuente, pero fue el primer libro que me llevé a la cama y eso es importante, ¿no?
2. ¿Por qué escribes? Porque no sé cómo no hacerlo, sobre todo, y menos a estas alturas. Cuando llevas casi cuarenta años haciendo algo ya se ha convertido en una parte de ti tan palpable como la oreja o el dedo gordo del pie. Siempre me gustó poner por escrito todo lo que me pasaba por la cabeza, en su mayor parte historias descabelladas o reflexiones que, si no hubiera acabado rompiendo, hoy me sonrojarían. Y desde que vi mis palabras impresas en formato palpable y accesible al público la enfermedad se me metió en las venas y tendrían que desangrarme para que lo dejara.
3. ¿Cuál es tu musa o tu inspiración? Uy, musas… adoro a las nueve hijas de Mnemosine como figuras mitológicas, pero no creo en ellas como fuentes de la inspiración, algo de lo que hablé hace un tiempo (El soplo de las musas, ya que me has dado pie a la autocita). Lo que de verdad me inspira, aparte de los libros, es la vida que pasa alrededor… y la que no se ve pasar también; digamos que la curiosidad y un cierto afán peliculero se ponen el quitón para soplarme, o más bien gritarme al oído unas cuantas preguntas que requieren respuestas por escrito.
4. ¿Cuál ha sido tu gran amor? Decir “las palabras” queda fatal, ¿verdad? Vale, me centraré en el ámbito humano: mi abuelo, mi Yeye, lo he querido como a nadie. Luego llegaron mi costalero y su santa paciencia.
5. ¿Escribes lo que vives o vives lo que escribes? Un poco de cada hasta cierto punto. Siempre hay algo de mí en lo que escribo: una experiencia, un recuerdo, un sentimiento o simplemente una perspectiva de las cosas. Eso no significa que escriba sobre mí, sobre todo cuando se trata de ficción (porque entonces no sería ficción sino autobiografía). Creo que, si no dejara una parte de mí respirar dentro de toda esa estructura elaborada desde la racionalidad, lo escrito se llenaría de frío y, como friolera que soy, intento evitarlo en la medida que soy capaz. Me gustaría conseguir el equilibrio, ¿y a quién no? Por eso sigo practicando. Y los quince blogsseleccionados (con mucho esfuerzo, conste, sabed que he acabado sudando como si hubiera arado los campos de Marte) son:
Blog de Jack Moreno, con ese ritmo imparable que me cuesta seguir.Bourbon Street, por los libros, por el jazz, por… Porlomenix. Déjame leer en paz, y yo te dejo, Mara, que luego nos lo cuentas de maravilla. Entre mil letras, cultura por las cuatro esquinas gracias a Marisa y sus paseos, dentro y fuera de las letras.. Heroínas díscolas o cómo Sonia Aguirre me enamora a través de sus exhaustivas reseñas. La piedra de Sísifoy ese equipo de Alejandro Gamero con el que siempre aprendo. Las lecturas de Mr. Davidmore y sus fantásticas listas de libros. Letras con la sopa, por esa chispa sarcástica de Paula que me saca carcajadas. Lo que ahorro en psicoanálisis, y yo también me lo ahorro con lo que me río con ella. Lo que leo lo cuento, porque Ana Blasfuemia siempre me llega al corazón cuando escribe. Notas para lectores curiosos, para mí, por ejemplo, que sacio mi curiosidad gracias a Elena Ríus. Pensamiento Lateral, porque Marcos Martínez y su equipo hacen pensar con una sonrisa.Pluma, espada y varita, y todo con buena ración de simpatía por parte de Polly. Relatos Magar, hablando de inspiración, Esther escribía sobre ella y la música estos días.Si no leo, desespero y esas interesantes lecturas de Agniezska que nunca me dejan indiferente.
Y se lo daría a quince más, como poco, pero entonces me eternizaría. Así que me limitaré a agradecer a todas esas bitácoras virtuales que me enseñan, me entretienen y me hacen sonreír esos ratos estupendos que me dan.
Me despido, de momento, hasta la próxima (y doble) parada en el mundocuento, si las ocupaciones de Semana Santa no la impiden.