Estaba el otro día con mi cuñis (¡un saludito!) mirando una revista gratuita que daban para niños con el periódico y las dos comentábamos al ver la publicidad de las muñecas, que ni esa era la Tarta de Fresa original, y que las Barriguitas de hoy en día parecen mini Bratz.
Los de mi generación, allá por el taitantos, recordarán la muñeca Tarta de Fresa, y sino, no pasa nada, que para eso tenemos a San Buscador y os planto una imagen en menos de lo que tardais en decir 3. De hecho, os voy a poner una en la que se puede comparar a la original y única con la nueva y renovada.
¿Pero qué clase de muñeca es esa? ¡¡Si parece Barbie Fresita!! Eso es un liftin, un alisado japonés y una cursilería más notable que antes y lo demás son tonterías.
Por otro lado, Los Barriguitasy los de ahora
¿Y esa cara? ¿Y dónde se han dejado la barriguita? ¿La han perdido en la operación bikini de este verano aprovechando cualquier oferta de un gimnasio? ¿Se han hecho la liposucción?
Vale que haya Barbies, que aunque sean físicamente imposibles, al menos tenían sus profesiones, sus mascotas, sus amigas y hasta un divorcio, fíjate tú que modernas que son.
Pase todavía que pueda haber Bratzs, con esos morros siliconados y esos modelitos de fiesta/casual de adolescente revolucionada.
Pasen ambas porque siempre han sido así, más o menos, cosa que con estas no ha sucedido igual y según mi cuñis, la Nancy también ha pasado por quirófano, pero me asusta un poco verla por si no la reconozco.
Pero lo que ya es indignante es que nos cambien a las muñecas de siempre por otras que ya no tienen gracia. Ya me gustaría a mí ver si la nueva Tarta de Fresa huele a fresa como la auténtica..o si sus amigas siguen oliendo también a frutas. Y ya me gustaría ver a las Barriguitas intentando explicar qué han hecho con su barriga.
Me dan ganas de sacar mis muñecas de toda la vida y decir: ¡esto sí que son muñecas! Y no esas cosas que vendéis semiperfectas y con cara de facilonas para niñas y adolescentes cuya aspiración es casarse con un millonario (con todos mis respetos y mi cachondeo general).
No sé donde vamos a parar con esta industria juguetera. Qué será lo próximo, ¿estilizar a Mr. Potato? ¿Ponerles peluca a los Nenuco?
¡Ay aquellos maravillosos años!