Hace muchos años que no duermo bien; más de los que soy capaz de contar. Dar vueltas en la cama y abrir una y otra vez los ojos para mirar la hora proyectada sobre el techo del dormitorio, es para mí una noche habitual. Calculo que habrá un 10% de días al año que duermo de un tirón, otro 10% en el que no duermo absolutamente nada y el 80% restante que voy de despertar en despertar como en un estado de duermevela permanente, al final del cual no habré descansado más de 4 o 5 horas. Cuando empecé a escribir este blog, hoy hace justamente un año, me sumergí en ese 10% en el que no duermo nada, ese en el que las noches son eternas y por más cansado que estás no eres capaz ni siquiera de cerrar los ojos.
Leer entrada completa