Sábado 10 a.m, un coche lleno de amigas, y un destino, La Rioja. Ir de bodegas es un planazo, ya os lo he comentado alguna vez en otros post, y esta vez me fui con unas cuantas amigas, y fue un día perfecto.Decidimos empezar en Haro, capital de la denominada Rioja Alta, y que alberga muchas de las grandes bodegas de La Rioja.Y allí, elegimos las bodegas del grupo RIOJA ALTA S.A.
No os voy a contar al detalle toda la explicación e historia de la bodega, porque sería eterno, y porque tenéis que ir, pero unos pequeños apuntes sí, ¿no?
El punto de encuentro es una especie de sala, súper moderna, que choca con el edificio antiguo de piedra, y que hace las veces de recepción, tienda y bar. Está decorado con muchísimo gusto, y en sus vitrinas puedes encontrar además de numerosas botellas de vino, aceites, espárragos, pimientos y otras conservas y delicatessen propias de la región.
Tuvimos una guía buenísima, súper profesional, que nos hizo la visita interesante y amena.
Empezamos por la sala de los toneles, donde nos explicaron qué madera utilizan, (roble americano), y cual es el proceso para curvar las maderas y crear los toneles, así como la conservación y duración de los mismos.
En la siguiente sala nos explicó como la bodega fue constituida en 1890 por cinco viticultores vascos y riojanos, con la idea de crear vinos de calidad. Y de ahí fueron creciendo y expandiéndose, dentro y fuera de nuestras fronteras hasta el día de hoy. Dentro de Rioja Alta se engloban dos "Gran Reserva", 890 y 904, dos "Reserva", Viña Arana y Viña Ardanza, (mi preferido), un "Crianza", Viña Alberdi y el Marqués de Haro.
La creación de la bodega, coincidió con la llegada de la luz a España, y todavía conservan esa primera bombilla, y la manera rudimentaria de encenderla.
Una de las cosas que más me gustó, fue la sala donde se encuentran las grandes tinas de madera, me parecieron preciosas. Mucho más que las antiguas de cemento, o las más nuevas de acero inoxidable.
Muy interesante el proceso de como las limpian "azufran", las capacidades que tienen etc...
Seguimos con la sala donde nos explican como se llenan las barricas, con un proceso manual, muy a la antigua usanza.
Justo al lado estaban grabando un programa para Radio Televisión española. No me extraña, el sitio es para grabar y ¡para quedarte una temporadita dentro!
Tiene varias plantas, y entre una sala y otra, zonas enormes llenas de barricas más o menos antiguas, larguísimos pasillos con millones de botellas de los diferentes vinos y un museo con botellas que son o han sido importantes por diversos motivos.Casi todo está en semi penumbra, y con mucha humedad, para la correcta conservación del vino.
Lo de la temperatura del vino es muy importante. Si queréis comprar, hacedlo en bodegas o vinotecas, siempre va a ser mucho mejor que en un hipermercado, con esos focos de luz todo el día, y la temperatura tan cambiante.
Y por supuesto, terminamos con la cata. Fue original, nos iba haciendo preguntas, a qué os huele este vino, a que sabe... muy curioso lo que perciben los sentidos del olfato y el gusto, tan diferentes unos de otros.Probamos primero el blanco, Lagar de Cervera, que nos gustó muchísimo, y luego Viña Arana y Viña Ardanza. Ahí tenemos opiniones encontradas, unas son más de Arana, que es más suave, y otras de Ardanza, que tiene más cuerpo.
Además de esta magnífica bodega, el mismo grupo tiene otras, que son: Torre de Oña, Aster y Lagar de Cervera.
Salimos cada una con un par de botellas, y alguna con un par de cajas para llevarse a Alemania...
De aquí nos dirijimos al precioso pueblo de Elciego, (a unos 20 minutos de Haro), donde se encuentra la Bodega Marqués de Riscal.Además de la bodega y el vino en sí, se ha hecho súper conocido, (creo que ya os lo comenté en otro post), por el impresionante Hotel Marqués de Riscal, obra del arquitecto Frank Ghery. Todo hay que decirlo, recuerda mucho al Guggenheim, pero con diferentes formas y colores, y en teoría, se asemeja a la vid, la planta donde crece la uva. El arte es ¡¡tan subjetivo!!
En el punto de encuentro, que también es tienda y bar, comimos unas riquísimas raciones, regadas con el vino de Riscal, antes de empezar la visita.
Aquí no os voy a hablar de la guía. Sólo decir que me reí mucho, y que, somos muuuuuy educadas y contenidas, porque ¡¡madre mía!!
El entorno es precioso, con los jardines, una especie de terraza antes de entrar a la bodega, decorada con muchísimo estilo, grandes salones, edificios de piedra antigua, como una mini ciudad del vino.
Desde luego, merece una excursión, el hotel y restaurante, son bastante caritos, al igual que el spa, pero la bodega en sí, y los diferentes bares, están muy bien y muy apañados de precio.
La primera parte de la bodega es súper moderna y no me gustó tanto como la anterior.
Aunque a medida que íbamos avanzando, "la bodega antigua" sí que me pareció especial.Es una bodega que se creó en 1858, y los primeros caldos de marqués de Riscal, se embotellan cuatro años despues. Desde entonces ha crecido muchísimo, tiene infinidad de premios, y está presente en 100 paises. Ahí es nada. Aunque afortunadamente, el 40% de la producción se sigue quedando en España.La uva que se utiliza para estos vinos, crece en 1500 hectáreas en la localidad de Elciego y otras limítrofes.Aquí os dejo algunas fotos de esta visita.
La parte más antigua de toda la bodega, la Botellería, creo que fue lo que más nos gustó
No me digáis que no es maravilloso que hayan conservado este lugar tal cual estaba. El detalle de la instalación eléctrica da miedito, ¿verdad?. Hay botellas de finales del siglo pasado, y en la "Botellería" te sientes como si hubieras retrocedido hasta entonces.
Y por supuesto, terminamos con la cata. De blanco, un "Verdejo" espectacular, y de tinto un crianza Marqués de Riscal. Así que, después de varias catas, más los vinos de la comida, nos acordamos de que se nos había olvidado comprar el verdejo cuando estábamos de vuelta....
LOOKS
Una de looks reales esta vez, simplemente fotos de mis amigas para que os hagáis una idea. Un par de consejos, se anda bastante, se suben y bajan escaleras, así que, con o sin tacón, que el zapato sea cómodo. Aunque fuera haga calor, (no era el caso, porque el invierno no se va a ir nuncaaaa), dentro hay salas en las que hace bastante fresco, así que llevad siempre una chaqueta o jersey por si acaso. Ah, y agua, no sé por qué, pero todo el rato teníamos muchísima sed.
Espero que os haya gustado el post de hoy, y que os animéis a ir de bodegas.Yo se lo quiero dedicar a mis amigas, las que estuvieron y las que no pudieron ir, porque dicen que quien tiene un buen amigo tiene un tesoro, y yo ¡¡¡soy súper afortunada de tener tantos!!!Un besito y ¡¡Hasta Pronto!!