En mi última egocisión -neodefinición para la cisura periódica a los olvidos del ego- recordé que debo a un amigo la respuesta a su crítica de mi columna "Conciliación y encuentro: virtudes pendientes" (06/07). Mea culpa por medio -sin sonrojo-, empezaré con ello, prioritario tema de las tantas cosas que urgen en las costuras.
Sé que palabras como "reencuentro", "conciliación" o "encuentro" -estaban en mi escrito- pueden parecer absurdas cuando, día por medio, se dan muestras de conculcar derechos y obviar libertades y se repite como martingala -del artificio ahora- el mantra del "golpe" -paradoja sin militares en la calle y con civiles desarmados protestando-, un machacado y sui generis coup d'État cuyo concepto discursivo cada vez parece más entre Emmental y arpillera alojando nube de polillas. Sin embargo y por más que el Sr. Morales Ayma diga que "conciliación" sólo habría (estado condicional) en Bolivia si hay (nuevo condicional) claudicación y sumisión (loas a él incluidas), en Latinoamérica hay fehacientes ejemplos de que irreconciliables pueden conciliarse: entre otros ejemplos rescato el de El Salvador cuando guerrilla y gobierno se juntaron a conciliar cuando ambos comprobaron que ninguno podía vencer: ese convencimiento apocalíptico de "nadie gana-todos perdemos" llevó a ambos extremos a sentarse, discutir y llegar a los acuerdos de paz de Chapultepec, que el próximo año cumplen treinta años de brindar paz y estabilidad a los hermanos salvadoreños, dando fe de que encontrarse para conciliarse y reencontrarse sí es posible es y muy positivo. Si eso ellos hicieron, en medio de la Guerra Fría, ¿Qué no podremos hacer entre nosotros, los bolivianos, sin guerras fratricidas ni ajenos poderosos interesados en que uno destruya al otro? Como dijo Mons. Giovani Arana en su homilía por la Asunción este domingo en El Alto: "qué importante es ir al encuentro", condición previa en la que coincido con Monseñor Centellas en que cualquier conciliación -por mínima que fuera- "tiene que ser sin condiciones, [...] superando resentimientos, respetando las diferencias, [...] sin enfrentamientos, sin insultos, escuchando a los otros"; el yerro del Sr. Morales Ayma repite su posición en la clausura del IV Congreso Mundial de Mediación (2008 en La Paz) cuando el Sr. Morales Ayma dijo, refiriéndose a Doña Anita Romero de Campero -copresidenta del Congreso-, que "cada vez que ella iba a mediar en los conflictos [de los años noventa e inicios de 2000], siempre tomaba posición por él y su gente", descalificándola así -en su "elogio"- como mediadora válida luego que todas las intervenciones y talleres del Congreso postularon la equidistancia e imparcialidad como condiciones sine qua non para un mediador. Pero ambas son partes de la espontánea incontinencia verbal del Sr. Morales Ayma, a la que hoy le compite la Sra. Patty Mullisaca.
Y hablando de coincidir, también coincido plenamente con la frase de la Sra. María Nela Prada Tejada -nueva figura política pero heredera de la amplia experiencia de sus padres: Ramón Prada Vacadiez y Betty Tejada Soruco-: "el pueblo es sabio, sabe exactamente lo que pasó" en las elecciones de 2019 aunque la suscribo por razones diametralmente opuestas a las de la ministra Prada Tejada. En política -más en gestión de gobierno- entender las señales del entorno es fundamental y acá son muchas: la de una victoria del MAS-IPSP en 2020 porque el hastío popular que producía la crisis que creció desde 2016 hasta estallar en 2019 era múltiple y agobiante más la pandemia y por un improvisado gobierno de transición constitucional que dejó abierta la puerta a viejos vicios (corrupción, nepotismo, autoritarismo) y se perdió en su improvisación electoral, "acompañado" esto de una clase política egoísta sin visión de país -barrida tras las elecciones de ese año, de la que sólo quedan De Mesa por falta de emergentes y Camacho intentando fundarse más allá de la coyuntura-, además que esa victoria de 2020 mucho fue por los mitos de la "magia económica" y su "mago" de candidato.
No voy a referir cómo -afuera y adentro- los falaces mantras y sus justificadores se desmoronan y "desargumentan", dejando cada vez más huérfano al Discurso de la Revancha ni cómo el MAS-IPSP se autofractura. Sólo diré que es hora de entendernos y de recuperar Bolivia -República de plurinacionalidades y autonomías- para todos los bolivianos: hora de calzas y calzones bien puestos.
https://es.wikipedia.org/wiki/María_Nela_Prada
https://www.vozdeamerica.com/america-latina/parlamento-ue-fraude-elecciones-bolivia