Revista Opinión

De Camino A La Escuela.

Publicado el 31 agosto 2018 por Carlosgu82

De camino a la Escuela:

Como todos los días en la semana la alarma de mi despertador suena puntual a las 5:00 am de la mañana, tomo conciencia y mi primer pensamiento es respecto a lo cansada que aun me siento y a encomendar mi día para que todo salga perfecto, me dirijo a lavar mis dientes y mientras lo hago busco la ropa que me vestirá por ese día, en mi cabeza tengo presente que solo tengo diez  minutos para estar lista, me doy prisa, me pongo mis lentes de contacto, me acerco a mi esposo quien sigue plácidamente dormido en nuestra cama, me despido y salgo de la habitación, cierro la puerta y prendo la luz del cuarto de la tele para dirigirme al cuarto de mis hijas, ellas escuchan como cierro la puerta y saben que llegaré a despertarlas, les doy los buenos días y les aviso que prenderé la luz, les digo que las espero abajo.

Al bajar las escaleras pienso en hacer las cosas lo más rápido posible, me dirijo a la cocina, saco del refri la leche, la fruta congelada e inicio con los licuados del día para mis hijas y esposo, saco del refri el desayuno de mi esposo y coloco los sándwich de mis hijas en la mesa para que los guarden en sus mochilas, desayuno y sándwich que preparé una noche antes.

Escucho como bajan mis pequeñas y comienzo a hacer las cosas de una forma mas rápida, le coloco a mi esposo su desayuno en la mesa a un costado de sus llaves para que no lo olvide y tomo mis cosas para salir de la casa antes de que suene la alarma que me indica que es hora de irnos, abro la puerta y nuestro gato nos da los buenos días, veo como mis pequeñas salen por la puerta y antes de cerrar la casa le grito a mi esposo que me voy, esta es su alarma para levantarse de la cama.

Me encuentro con mi carro antiguo en la cochera, con las plantas y flores que mi esposo colocó en las pequeñas partes de jardín que tiene nuestra cochera, caminamos y la calle es completamente una tiniebla, siento el frío fresco de la mañana, camino rápidamente hacia el carro mis hijas van tras de mí, veo a lo lejos mi carro e intento ir abriendo la cajuela para poder meter las mochilas y mi bolsa.

Cerramos la cajuela y cada una toma su lugar, prendo las luces, carro y me pongo en marcha, hoy en día el trafico en mi ciudad es mucho así que es necesario salir temprano para alcanzar a llegar a mi destino, intento no caer en algún bache y cuando llego a la avenida principal que debo tomar, tomo aire, es un cruce peligroso que requiere de mucha precaución, una vez ya en mi ruta, siento cansancio e intento animarme, le subo a la radio y veo como mis pequeñas se recuestan y cierran sus ojitos, yo sigo concentrada en mi ruta, después de aproximadamente treinta minutos llego a mi primer destino, la secundaria de mi hija la menor como siempre llegamos varios minutos antes y aún está obscuro y me da un poco de miedo, cuando me estaciono mi pequeña inicia a cepillar su cabello, cuando termina le hago un peinado sencillo y nos bajamos para dejarla, veo  la calle húmeda aun de la lluvia de la madrugada, se siente ya que el frío del otoño comienza a acercase. La tomo de la mano y la llevo hasta la entrada, le doy un beso le digo que la amo y que al ratito regresaré por ella.

Regreso de prisa a mi carro, mi hija mayor me espera, me subo al carro y me dirijo a su preparatoria, es su primer semestre y para mi es el momento de aprender a soltarla un poco más, así es la vida, de pronto ves a tus hijas recién nacidas y al instante ya van a la preparatoria, nos esperamos cuarenta minutos en el carro hasta que se hace la hora de bajarnos y llevarla hasta la puerta, me despido de ella de la misma forma y regreso a mi carro, ahora si es tiempo de ir a trabajar y esperar que se de la hora de recogerlas, esta es la rutina de todos los días, conforme pasaron los años se van modificando en horarios y destinos, pero llevo haciendo esto por doce años, ¿cuántos refrigerios abre preparado durante estos doce años?, bueno haciendo unas operaciones al año aproximadamente unos 560, por los doce años que llevo haciéndolos un aproximado de 6,720 y los que un me faltan, no tengo planeado que mis hijas pasen hambre en su estancia en la escuela, y sin contar el desayuno de mi esposo.

Al dejar a mis hijas e iniciar con mis labores del día me siento satisfecha y agradecida de poder cuidar y atender a mi familia, mi esposo de seguro ya está en el trabajo a esta hora, mi intención día a día es que mi familia se sienta cuidada y protegida por mí durante las horas que permanecemos separados, por lo menos pensarán 1 minuto en mí al momento de comer sus alimentos, me gusta que estén consientes que yo estoy ahí para ellos, esa es una de mis formas de amarlos todos los días.

AuroraM.


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