Del Caos a la Tierra
El Caos
En el principio no existía mas que los cuatros elementos: agua, tierra, cielo y aire, todo dominados por Caos. Un estado primitivo de donde nacieron los dioses. Caos era el mundo amorfo y vacío desde donde todo se formó y todo se engendró. Dios sin rostro al lado de su hija y de su esposa Nyx, la diosa negra de la Noche, habida de la Oscuridad, la noche primigenia, de la que tuvo a Erebo, el silencioso y gélido lugar donde vagan los espectros y habita el olvido.
Erebo destronó y suplantó a su padre en el lecho de su madre, Nyx, de la que tuvo a las Parcas, que hilan el destino, a Hipnos, inspirador del Sueño, y a Thánatos, portador de la Muerte,; a Némesis, la terrible diosa de la venganza, a Eros, el impulsivo dios del amor (aunque algunos dicen que este dios nada tiene que ver con el infante que acompaña a Afrodita), y a una legión de dioses o demonios sin forma que luego parasitarán el corazón de los humanos, para bien o para mal. Finalmente tuvieron a Éter, el aire, y a Hémera, el día. Eter la luz de los cielos, Hémera la luz en la tierra.
Una vez habida la luz, apareció Gea, la Tierra, un lugar sin límites provisto de todo lo necesario para construir la morada de los seres vivos. Es una deidad primordial y ctónica en el antiguo panteón griego y se la consideraba una Diosa Madre o Gran Diosa. Su equivalente en el panteón romano era Terra. Ella sola engendró a Urano, el Cielo, de igual extensión que ella misma, y a Pontos, las inconmensurables aguas marinas.
Así del Caos nació Gea, la Tierra hogar de dioses, titanes y héroes por venir.