Revista Política

De cine

Publicado el 14 octubre 2018 por Alejandropumarino

De cine

La irrupción de las grandes empresas de VOD (video bajo demanda), perfil de HBO, Netflix o Movistar+, asestan un duro golpe a la industria cinematográfica a todos los niveles, desde la producción de nuevas películas hasta la exhibición en salas comerciales. Por el precio de una sola entrada para un solo título, puede disfrutar la familia entera del catálogo de Netflix durante un mes; la multinacional produce ya sus propios films y numerosas series, estrenadas en la plataforma digital.

Más complicado es el futuro de las salas de cine, que ven menguar año tras año, el número de espectadores y que obtiene sus beneficios de la venta de chucherías más que del importe de las entradas.

La idea de ofrecer algo más que el entretenimiento, la oferta de comida, casi como en un restaurante, la amplitud del espacio, la comodidad de los nuevos sillones, la disponibilidad de un mobilario más amplio que la simple butaca, buscan mejorar la asiduidad de los clientes a la salas de cine; la fotografía que ilustra la entrada de hoy es un buen ejemplo, está tomada en Cinesa Eqjuinoccio en Majadahonda.

Yo recuerdo tiempos en los que la entrada al cine Ideal, frente al mercado de San Agustín, costaba apenas cinco pesetas y había “descanso” en las películas de cierto metraje; más recientemente me viene a la memoria la silueta de Russell Crowe dirigiendo un ejército romano bajo la melodía de Hans Zimmer en la enorme pantalla de los cines Yelmo y sigo pensando que no hay comparación con la reproducción que ahora mismo discurre en la esquina superior derecha de este ordenador en el que escribo, ni aún con la pantalla doméstica de televisión que, por su diseño actual, jamás soportará sobre su parte superior la bailarina y el toro que fueron casi de obligado uso aquellos años del blanco y negro que obligadamente hacen viejo a uno.


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