Revista Diario

De cómo fue el lobo feroz

Por Bergeronnette @martikasprez
Esta es la historia de una niña de tres años. Y de un lobo feroz. Es la historia de una plastilina rosa y de un otorrino-laringólogo.
¿Quién teme al lobo feroz? al lobo, al lobo...
Un buen día, la niña salió del colegio, como todas las tardes. -Papá, papá, me duele el oído. -Será de lo mucho que has jugado y gritado en el patio. De cómo fue el lobo feroz Al llegar a su casa, el papá miró en las orejas de la niña, y oh! sorpresa, un trozo de plastilina rosa estaba alojado en el oído. -Hija mía, ¿cómo ha llegado la plastilina a tu oreja? -No lo sé, contestó ella. Habrá sido el lobo feroz. -¿El lobo feroz?, preguntó la madre. -Sí, vino esta tarde a clase, llamó a la puerta, y yo le abrí. -Y entonces ¿te metió la plastilina en la oreja? -Sí, mamá, fue el lobo feroz.
Y sopló, y sopló...
Al día siguiente, la niña acudió al médico. Y de sus orejas salieron grandes tesoros, además de la plastilina rosa.
-Qué pesada eres con la plastilina rosa, no hace falta que digas el color. -¿Tú crees? Digo que es rosa, porque a la niña le gusta jugar con la plastilina rosa... Y el lobo le metió plastilina rosa. ¿Asocias la idea?

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