Hoy he llevado a las chicas a sus respectivos lugares de diversión y estudio. Y ambas se han quedado llorosas. Danièle me ha acompañado a la guardería a dejar a su hermana. Se ha quedado en el coche, mientras yo dejaba a Yvette, y aunque ha llegado contenta y comiéndose una galleta, al pasar la puerta se ha quedado diciendo "ma- má". Pero son los mimos típicos de que ha estado acompañada por su hermana durante los meses pasados, y ahora no la ve hasta que llega a casa. Se despierta de su siesta, y no está para jugar con ella. Se quedan los niños en el cuarto de juguetes y su hermana no está para vigilarla... Es un cambio para ella.Y l'aînée ha ido contenta todo el camino, ella me estaba indicando por donde había que ir, que si "a la derecha mamá", "ahora todo recto"... Menos mal que me conocía el camino sino hubieramos acabado en la playa. Hemos llegado sobre las 8.15, -y no entra hasta las 9-, hemos hecho el cambio de pantalón en el coche, porque las nubes bajaban de la montaña con una velocidad pasmosa, y aunque no llevaban agua, eran de las que enfrían el ambiente. Y estamos en septiembre... Tengo que comprar abrigo ¡ya!Y ya fuera del coche, nos hemos acercado al parquito que hay justo enfrente del colegio, ha estado jugando en los columpios, hablando con unas niñas mayores que vinieron después, ha corrido de lado a lado, y de repente... ¡Ha llegado papá!Al ratito hemos entrado en el colegio, nos hemos acercado a la puerta por donde debe entrar a su clase. El padre me ha dicho que hoy ya se dejaban a los niños en la puerta, y no se les acompañaba a la clase.-Dani, ¿tú sabes llegar a tu clase?-No, mami.Y así, durante 10 minutos, que no quería ponerse la mochila, no quería entrar al colegio, no quería nada. Hemos hecho un juego de mochilas, a ver cuantos niños llevaban mochilas de Bob Esponja, o de las Monster High... Ha contado un par de ellas, y ha vuelto a su "mami, no te vayas".Le he dejado un pony, diciéndole que mientras yo estuviera en el trabajo, el pony la cuidaría. Pero ella es muy lista, y no le ha convencido. Hemos estado mirando a las niñas y niños que estaban esperando -un buen montón- y le preguntábamos si esos niños iban a su clase, si se sabía el nombre...Al sonar la campana, se ha despedido de papá muy bien, me ha cogido de la mano, y al acercarnos a la puerta, me decía que no quería que me fuera. Ha entrado llorando. Ha intentado dar media vuelta. Pero al llegar a su clase, había dejado de llorar (o eso me ha dicho el padre, que la estaba viendo por la verja)Así que, mi primer día de colegio ha sido frustrante, porque ella ha entrado mimosa y con lagrimones. Y sé que se le pasa enseguida y que al ir a buscarla está feliz y contenta, pero me gustaría evitar ese pequeño trauma.Y no se me ocurre otra mejor manera de hacer las cosas que entrar junto a alguna de las compañeras. Así que papá, que va a ser quien la lleve los dos próximos días, va a tener que hacerse amigo de la mamá o papá de turno, para que mi hija entre con alguien "conocido". Y después, me tocará a mí, conocer a las mamás de los amiguitos de mi Genoveva mayor. (qué nervios!)