Comprendo que una administrativa se pueda "olvidar" de llamar a una persona para indicarle que ha cambiado la cita del pediatra.Comprendo que son fechas estivales.Comprendo que los recortes gubernamentales afectan a casi todos.Comprendo que pueda ocurrir una vez.
Pero no comprendo que pueda pasar dos veces.No comprendo que no se disculpe.No comprendo que me tilde de loca por decirle que en la cartilla pone otro día distinto al que ella dice.No comprendo que no de otra cita, y me pase con la enfermera para que me la ponga ella.
Con lo cuál, y resumiendo, esta tarde hemos vuelto a la consulta de la pediatra -que sigue de vacaciones, después de que me confirmaran que esta semana estaba- para la revisión de 1 año. Bueno, casi 13 meses, porque pasan casi 20 días desde que Yvette cumplió su primer año.No quiero aburrir -Danièle, cuando leas esto, piensa que mami se pone así porque le gusta que las cosas se hagan bien y con eficacia-, mi consulta era a las 14.40 horas. La troupe ha llegado puntual. Hasta hemos conseguido encontrar aparcamiento fuera del parking, y así ahorrarnos unos eurillos, que no irán a parar a los bolsillos de Florentino Pérez. Y no había nadie en consulta. Nadie. Na-die. Personne. Nobody.
La hora de las 14.40 es la primera de consulta de la tarde. Es la que cojo los lunes, ya que es cuando trabajo mañana y tarde, me permite salir un poco antes del trabajo, recogerlas de la guardería y llevarlas a la consulta. Sin prisas. Me suele dar tiempo de darle de mamar a la petite, y de llegar al trabajo. Sin comer. Pero llego.A las chicas les ha dado tiempo de jugar al escondite, de correr de lado a lado del pasillo, de hacer un pipí. Y la gente ha ido llegando. Unos padres con un niño. Un padre con otro niño. Unos padres con un niño que decían -conversación telefónica con algún conocido- tenía 38º por culpa de los ventiladores, que va descalzo, en un fuera de hora clarísimo...Ha salido la enfermera con el termómetro. Le ha tomado la temperatura. Y ha preguntado para qué estábamos los demás.-Para comprar y vender sardinas. (Dani, cariño, esto es ironía, y no toda la gente la entiende, ya te iré explicando como debes hacerlo y cuando debes decirla para no molestar a la gente.) Claro está, sólo fue un pensamiento, y un tweet más.A los cinco minutos, nos llamó la pediatra. Tras sacar la cartilla y la vacuna del bolso, abre el ordenador, y nos dice, "ah, es para la revisión".-¿Si te digo que he venido para vender sardinas, no me crees?"Tendrá que pasar por la consulta de la enfermera primero, y cuando ella valore a la petite, entonces, pasaré yo".-Menos mal que no la he desnudado aún... (sigo pensando)
Creo que no llegaron a los diez minutos, y la enfermera nos hizo pasar.Y revisión ¿típica? de la enfermera: que si sigue con leche materna, que si le he dado leche de bote, que si ya le he introducido los huevos, que ya puedo comenzar a darle legumbres y verdura de hoja. Medir y pesar. Fontanelas y cráneo. Culete. Y ya.
¿Alguien me puede decir si eso es lo único que entra en la revisión de un año?Esperamos otro rato más, a que la pediatra -simpática pero nueva- abra la puerta, y entre. La peque en pañales, pero sin posibilidad de bajar al suelo. Misma revisión que la enfermera. Fontanelas, culete, piernas (manera de caminar), dientes, y ya. Ni oídos, ni boca. A no ser que al verle los dientes, también le haya visto la campanilla, pero creo que no le abrió la boca de par en par.
Dos pinchazos: la triple vírica, o sarupa y la de la varicela. Observaciones: esta vacuna puede dar fiebre a la semana. Y dos lagrimones que le cayeron a la pobre. Pero en cuanto la cogí se calmó, y hasta le gustaron los besos de su hermana.
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¡Yo ya tengo el mío!
Canción cortesía de @corsaria