Con sentido común creo que se pueden establecer unas rutinas diarias, que considero que son importantes para su orden, su organización y para establecer seguridad en sí mismos. Un niño que tiene las actividades diarias desorganizadas es inseguro, porque desconoce qué debe o qué va a hacer en cada momento. Sin embargo, si su vida está organizada, sabrá qué es lo próximo en el día a día y será cada vez más independiente.
He encontrado un artículo de Juana Caballero, psicóloga y pedagoga que establece cinco grupos en los cuales girarán las rutinas diarias:
- Comida: horario, lugar, posición...
- Aseo: horario de baño, lavado de dientes, manos...
- Juego: Tipos de juegos, tiempo destinado para estos...
- Trabajo: Lugar para el estudio, tiempo dedicado a él, reparto de actividades...
- Descanso: Horas de descanso, momento de acostarse, lugar específico para ello...
El fin de todo esquemas de rutinas es que el niño sepa organizar su tiempo de manera autónoma y dependiente, con auto-control, porque un niño con estas características siempre tendrá mucha mejor autoestima que el que no cuenta con ellas; el que no tiene un orden diario establecido hará todo como puede, sin tiempo para nada, dejando atrás tareas sin hacer, cosa que no ocurrirá con los niños a los que se les acostumbra a cumplir un horario rutinario: se verán reconfortados en su vida diaria y sentirán el premio de sentirse autónomos y saber que el adulto se siente orgulloso de ello.