Al descubrir la historia de hoy no pude menos que mencionar la manida frase "Se non è vero, è ben trovato" (el enlace que he puesto apunta al maravilloso blog de la profe de griego por dos razones, primera porque usa la mencionada frase como título, y segunda, pues porque sí). Es ben trovato porque nos habla de una acto de romanticismo heroico y de defensa de la cultura sin precedentes, pero es muy posible que fuera non vero ya que estamos hablando de la Guerra de Independencia de Grecia (1821-1832), una guerra muy popular entre las élites culturales europeas, ya que defendían la libertad de Grecia, madre de toda la cultura occidental y precursora de la ciencias, las artes y la democracia. Muchos fueron los que subvencionaron esta guerra y no pocos los voluntarios que se alistaron en las filas de los rebeldes, entre ellos cabe destacar la figura de Lord Byron. Esta popularidad romántica y el apoyo de escritores que loaban las bondades de los griegos nos hace sospechar que quizás en este episodio concreto se les fue un poco la mano y fueron demasiado generosos con los combatientes helenos. Pero vayamos con la historia, y para ilustrarla que mejor que poner una foto del verdadero protagonista de ella, el Partenón:
Situado en lo mas alto de la meseta que da albergue a la Acrópolis de Atenas es un edificio por todos conocido construido "casi" enteramente en mármol. Y digo "casi" porque ahí radica la clave de esta historia. Los enormes bloques de mármol (o sillares) no están unidos entre si por argamasa o cemento, si no por unas curiosas "grapas" de plomo que quedan ocultas a la vista. Las grandes piedras eran agujereadas previamente y al juntarse se vertía en estos agujeros plomo fundido, que al solidificarse creaban estas "grapas" que unían firmemente los bloques.
Después de este pequeño apunte de arquitectura volvamos a la guerra. En los últimos estertores de la contienda las fuerza griegas habían conseguido sitiar a los combatientes turcos en la acrópolis y concretamente se hicieron fuertes en el Partenón. Ante la dureza de la batalla y la firmeza del sitio griego los defensores turcos se estaba quedando sin munición, y ¿cual fue la solución que encontraron?, efectivamente la que alguno de vosotros ya habrá imaginado, desmontaron los enormes sillares y extrajeron el plomo de las "grapas" para fundir nuevas balas con las que continuar la defensa. Este hecho si que fue absolutamente real, se calcula que entre los destinados a este fin y los que desmontaron para hacer barricadas unos 520 bloques de marmol fueron arrancados del monumento.
Los sitiadores griegos observaban escandalizados lo que estaba sucediendo. Su Partenón, símbolo de la grandeza de la Grecia clásica ¡estaba siendo demolido para fabricar balas!. Sólo se les ocurrió una manera de frenar lo que estaba sucediendo. Mandaron un comitiva para parlamentar con los sitiados turcos y les ofrecieron como regalo unas enormes cajas. Los turcos al abrirlas (supongo que con el caballo detrás de la oreja) observaron perplejos que les habían regalado cientos de balas de fusil. De esta manera consiguieron que les dispararan mas, pero frenaron la destrucción de su bien mas preciado, el legado cultural de la Grecia clásica.
Ciertamente huele a mito creado con posterioridad, pero es tan bonito que yo me lo voy a creer a pie juntillas.